El donostiarra Javier Sun vuelve a adaptar a Dylan en su tercer disco

Por una u otra razón, San Sebastián es una ciudad abonada para el nacimiento de grupos de pop más o menos melosos. Tanto es así que su oferta no se limita al hermanamiento con ritmos remotos como la bossa nova que preconizaban los paladines del llamado Donosti sound, sino que con dicha propuesta conviven las de otros artistas que se ciñen a patrones más clásicos. Para acreditarlo, ahí está el caso de, por ejemplo, Javier Sun, cantautor vinculado al pop rock que ha publicado su tercer larga duración en solitario, Absolutamente real, de la mano de Bip Bip Records.

Amparada por la discográfica barcelonesa ha llegado al mercado una colección de diez canciones sobre amores distantes. Ocho piezas son originales, el cuarto corte es una adaptación del Mr. tambourine man de su admirado Bob Dylan (a quien también rindió tributo en su entrega anterior al incluir una versión de Like a rolling stone) y en Mi último tren toca el bajo Diego Vasallo, ex Duncan Dhu.

Hubo un tiempo en que el dúo formado por Vasallo y Mikel Erentxun compartía escena musical con un conjunto llamado The Scooters. Al frente de esa banda, abanderada del revival mod, al igual que Brighton 64, se encontraba el cantante, guitarrista y compositor Javier Sun, quien a mediados de los años noventa inició su carrera en solitario con el lanzamiento de Por la buena fortuna.

Haber abierto conciertos de Joe Cocker, Supergrass y Andrés Calamaro, y el hecho de tener un proyecto acústico (Las Brujas) donde comparte protagonismo con un miembro de Señor No, son datos que enriquecen el currículo de un músico de Egia que desprende un poso de melancolía en cada composición.