La Policía protege las obras de la Plaza del Castillo de Pamplona

La coordinadora vecinal que reunió más de 25.000 firmas contra el proyecto, promovido por el equipo de gobierno de UPN en el consistorio de Pamplona, denunció la 'nula sensibilidad' social de UPN y el 'desprecio' hacia la opinión de los ciudadanos, que el Ayuntamiento se negó a conocer.

Más tajante fue la actuación de la concejal de Batzarre en el consistorio de la capital navarra. Tere González presentó una denuncia ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil por un presunto delito ecológico. Miembros del Seprona levantaron acta pericial y fotográfica de la tala de los 74 plataneros y acacias de Constantinopla derribados al objeto de cursar la denuncia de la concejal e investigar el asunto. Batzarre denunció que los árboles de la Plaza del Castillo formaban parte de un entorno histórico-artístico protegido por la ley.

De hecho, el proyecto de construcción del aparcamiento, aprobado el 5 de julio con los votos de UPN, PSN-PSOE y CDN y el rechazo de IU-EB, EH y Batzarre, hablaba de la retirada del arbolado de la plaza con la recuperación de los casos posibles, y no, en palabras de González, de la 'tala salvaje de 55 ejemplares sanos'. IU-EB y Batasuna presentaron escritos ante el Registro municipal solicitando la inmediata paralización de unas obras que consideran ilegales.

Crespones negros Durante el día de ayer miles de pamploneses se acercaron a la plaza para conocer su estado. Grandes crespones negros aparecieron atados en los troncos de los plataneros y tejos que, de momento, se han salvado de la tala masiva. Se veían carteles y pancartas contra la alcaldesa Barcina y contra una obra que ejecutará la empresa Estacionamientos y Servicios SA, propiedad de FCC, con un presupuesto de unos 2.000 millones de pesetas. La empresa constructora explotará el aparcamiento y pagará un canon anual de 5,4 millones de pesetas al Ayuntamiento.

Tras la tala del arbolado, la empresa debe acometer en los próximos sesenta días las tareas del vaciado arqueológico de la plaza, para analizar los más que previsibles restos históricos del fuerte medieval que surgirá en el subsuelo. Los opositores han pedido a los vecinos que sigan atentamente esos trabajos para evitar que los posibles hallazgos se oculten o deterioren.

Sin embargo, es el mantenimiento de la seguridad de las obras la preocupación número uno del Ayuntamiento y de la Delegación del Gobierno. Así, numerosas patrullas policiales se han visto obligadas a vigilar día y noche toda la zona, en la que se ha cortado el tráfico rodado, ante la fuerte reacción vecinal contra una obra que cambiará para siempre la fisonomía exterior del corazón de la ciudad. Sólo se mantendrá el quiosco central, y el mosaico de cantos rodados elaborado con guijarros extraídos del río Ebro que forma las losas centrales de la plaza.

Para los sanfermines del 2002 la zona estará utilizable por la ciudadanía, según ha reiterado el concejal delegado de Urbanismo, José Ignacio Labiano. El consistorio insistió ayer en que el nuevo proyecto exterior tiene gran calidad estética y recuperará el espacio arbolado ahora desaparecido.