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El Papa aboga ante Bush por una mejor distribución de la riqueza

Juan Pablo II transmitió ayer al presidente norteamericano, George W. Bush, la preocupación de la Iglesia por las diferencias entre ricos y pobres. En su residencia de Castelgandolfo, el Papa le dijo a Bush que 'un mundo globalizado tiene que ser un mundo de solidaridad'. El Pontífice condenó el aborto, la eutanasia, el infanticidio y 'la creación de embriones humanos para la investigación, que después son destruidos'. Bush expresó su admiración por el Papa, 'que ha mostrado que el poder de la verdad puede vencer al mal'.

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