_
_
_
_
'LA CASA DE BERNARDA ALBA' | FESTIVAL DE PERALADA

Reimann convence con su 'Bernarda Alba'

La decimoquinta edición del festival de Peralada se ha apuntado un tanto a favor de la ópera contemporánea con el estreno en España de La casa de Bernarda Alba, con música de Aribert Reimann, según la obra de Federico García Lorca y con una producción de la Komische Oper de Berlín firmada por Harry Kupfer. El tradicional público de Peralada, después de algunas deserciones durante la representación, la acogió al final con particular calidez y premió justamente al autor, los directores y los intérpretes.

Aunque esta Casa de Bernarda Alba comienza con un seudo-minimalismo que pretende reflejar el claustrofóbico mundo en que se encierran Bernarda y sus hijas, la obra adquiere pronto intensidad cuando se hacen patentes la opresión, la violencia y el oscurantismo que reinan en ese mundo, pero sobre todo cuando entran en juego las pasiones reprimidas. Aribert Reimann lo logra, en parte, a través del uso de una plantilla instrumental realmente peculiar: 4 pianos, 4 flautas, 5 clarinetes, 3 trompetas, 3 trombones, una tuba y 12 violonchelos, instrumentos utilizados con singulares habilidad y pertinencia para diferenciar situaciones y personajes.

Más información
'La música es dura y seca como la tragedia de Lorca'

La línea vocal que Reimann utiliza en la obra es un punto repetitiva y se desenvuelve entre un recitado intenso y unas tesituras inmisericordes y agudísimas para algunos de los personajes, especialmente los de Martirio y Adela, cuyas intervenciones en las últimas escenas de la obra adquieren una gran fuerza. También utiliza con acierto una actriz para el personaje de María Josefa, la madre de Bernarda, que, perdida la razón, cree vivir en otro mundo, lo cual queda reflejado hasta en el vestido blanco, que contrasta con el negro del resto.

La representación tuvo una baza relevante en la producción de la Komische Oper de Berlín, firmada por Harry Kupfer, uno de los más prestigiosos directores de escena actuales. La claustrofóbica escenografía era totalmente blanca con gran cantidad de sillas por el suelo, las paredes y el techo, en claro contraste con el negro que domina en el vestuario. La iluminación fue perfecta, matizada y sugerente y Kupfer brilló especialmente en algo en lo que siempre ha sido un maestro: la creación de atmósferas, la utilización de los espacios y la dirección de actores.

Excelentes también los instrumentistas de la Komische Oper de Berlín, en cometido nada fácil, así como la dirección musical, eficaz, precisa y autoritaria, de Winfried Müller.

Ignoro en estos momentos si las intérpretes femeninas de la obra pertenecen a la compañía de la berlinesa Komische Oper. Si es así, pueden sentirse orgullosos de ellas. En cualquier caso ha de decirse que actuaron con convicción y cantaron con calidad y arrestos. Y eso que en Cataluña sólo era conocida Ute Trekel-Burkhardt, que, aunque algo insuficiente en el registro grave, hizo una imponente y muy bien perfilada Bernarda (en el Liceo había cantado el Ama de La mujer sin sombra en 1986).

Todo el resto estuvo también a un gran nivel, aunque deban destacarse, por ejemplo, la espléndida Martirio de Claudia Barainski, venciendo bravamente y con aplomo la tremenda tesitura, que llega dos veces hasta el fa, de su personaje. También, con una voz de menor volumen, la Adela de Anna Korondi, así como la Poncia muy sólida vocalmente de Isolde Elchlepp o la estupenda voz de contralto de Chariklia Mavropoulou. El resto (Anne Pellekoorne, Jennifer Trost, Gun-Brit Barkmin y la veterana actriz Inge Keller), también espléndidas.

Al final de la representación, junto a todos los intérpretes y el maestro Müller, salieron a saludar también Aribert Reimann y Harry Kupfer, artífices no únicos, de esta meritoria y muy sólida apuesta del Festival de Peralada.

Una escena de la representación de la ópera La casa de Bernarda Alba, en el festival de Peralada.
Una escena de la representación de la ópera La casa de Bernarda Alba, en el festival de Peralada.PERE DURAN

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_