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Entrevista:SIGOURNEY WEAVER | Actriz | ESTRENO | 'Las seductoras'

'Muchas veces los actores nos tenemos que abrir el camino con engaños'

Los años van dejando surcos en Sigourney Weaver. Serán 52 el próximo octubre pero sólo se le notan en las manos porque en la pantalla esta actriz con talla de estrella y nombre de El gran Gatsby (el suyo era Susan) no tiene ningún aire de venirse abajo. Es la única capaz de plantarle cara al monstruo de Alien y la primera dispuesta a reírse de sí misma y del género de ciencia-ficción con Galaxy Quest. Su nuevo estreno, Las seductoras, tiene humor -'ya voy echando de menos el drama después de tres comedias seguidas'- pero no hay que tomarse a broma su capacidad de engatusar al que se ponga delante, incluso teniendo como compañera y rival a alguien tan joven como Jennifer Love Hewitt. 'Al único que he tenido que engañar en mi vida ha sido a mi marido, al que se lo tuve que pedir varias veces. Él era tímido y yo, desafortunadamente, una estrella', acepta Weaver, que lleva casada 17 años con el director Jim Simpson, con quien tiene una hija, Charlotte, de 11.

'¿25 millones de dólares? Sería estupendo para una mujer que le pagaran así. Espero que Julia Roberts lo consiga cuando tenga mi edad'

Pregunta. ¿Se considera una seductora?

Respuesta. Si he roto algún corazón, ha sido mucho más tarde porque me llevó muchos años lograr ese tipo de seguridad. Y me casé antes de poder utilizarla.

P. ¿Y en los engaños? ¿Alguna vez ha timado a alguien?

R. Una vez, y no por dinero. Fue después de que me echaran de un casting sin mirarme. Me indignó tanto que fui a casa, me rellené el sostén, me puse una peluca y todo el maquillaje que pude. Esta vez me dejaron pasar y tenía el papel bordado cuando les dije: 'Veis. Hace un momento ni queríais recibirme'. Les engañé a todos pero el orgullo de haberlo hecho me costó el trabajo. Como actor, desafortunadamente, más de una vez te tienes que abrir camino con engaños.

P. ¿Qué pegas le ponían en sus comienzos?

R. Ni era menuda, ni rubia ni tenía los ojos azules. Aun cuando les gustara, siempre decían: 'Es genial, pero ¿de qué la contratarías?'. Sólo pensaban en mí como protagonista y yo me veía como secundaria. Me llevó cuatro años encontrar un agente y tuve que escribirle la siguiente carta: 'Por favor, represéntame. Conseguiré trabajo, sólo necesito una oportunidad. Firmado: Sigourney (es un crimen que aún no esté trabajando) Weaver'.

P. Alien lo cambió todo.

R. Básicamente, todo el que se me acerca quiere saber algo de Alien aunque me acepten en otros papeles. Todavía siguen hablando de una continuación pero nada es cierto. Cuando me hablaron del rumor que corría, me eché a reir. ¿25 millones de dólares? Sería estupendo para una mujer que le pagaran algo así. Sólo espero que Julia Roberts lo consiga cuando tenga mi edad, aunque con la inflación tendrán que ser 50 millones de dólares.

P. Aun en comedias como Las seductoras, sus papeles siguen siendo mujeres fuertes, que se las arreglan solas.

R. A mí me gusta definirlas como mujeres aisladas, algo muy común. Conozco a tantas madres solteras, mujeres de carrera, incluso parte de una familia, que se las arreglan solas. Yo también soy un poco así, especialmente cuando era más joven.

P. Otro ejemplo es El año que vivimos peligrosamente.

R. Es interesante que finalmente se haya estrenado el filme en Indonesia, aunque en una sola proyección en Yakarta. Desgraciadamente, la situación no ha cambiado mucho en ese país pero el rodaje fue una experiencia estupenda. Me encantaría volver a trabajar con Mel Gibson, aunque supongo que ahora soy muy vieja para trabajar con él. Pienso que haríamos una pareja interesante.

P. ¿Cómo vive la edad en Hollywood?

R. Mi modelo siempre ha sido Jessica Tandy, que siguió trabajando hasta los 85 años. Cuando no tengo trabajo me pongo nerviosa, como ahora, pero sigo buscando y espero que siga encontrando los papeles que tengo que hacer.

P. ¿Dónde encuentra la fascinación por la interpretación?

R. La aventura de poder meterme en la vida de otra persona, alguien con agorafobia como en Copycat; rodeada de gorilas en la montaña, como en Gorilas en la niebla. Hubo un tiempo en que quise ser periodista, por la misma razón, por sacar a la luz la historia de alguien. Todo es comunicación, dar a conocer el mensaje porque para mí el arte, si quieres llamar arte al cine y a veces lo es, otras no, ilumina el corazón de la humanidad.

P. No le será muy fácil alternar ese arte con una vida familiar.

R. No sé. En casa tenemos claro que aunque yo gano más dinero que mi marido, lo que él hace es tan importante si no más que mi trabajo. Porque él pone en pie nuevas obras de teatro y yo me siento feliz apoyando esto con mi salario. El mayor problema, como en cualquier otra familia donde los dos trabajan, es hacer sentir a tu hija que estás ahí, para lo que intentamos no trabajar a la vez. Pero si hay una seductora en la familia, ésa va a ser mi hija.

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