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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

No salvéis la Alameda

Resulta más que lamentable, patético, cómo se puede manipular la opinión de ciertos sectores que curiosamente van de insobornables. Alternativos, neohippies, verdes, progres, etcétera, quieren ser originales y todos van uniformados con sus chanclas de cuero, camisas de los puestos del Duque y, para completar el kit, una vieja bicicleta y un perro que, por supuesto, no sea de raza. A falta de ideales más profundos, pues ya no está de moda ni el Che ni el comunismo, la pataleta ahora es ir de salvadores de La Alameda.

Los verdaderos interesados en que La Alameda vuelva a recuperar el estatus que se merece y que históricamente siempre disfrutó somos los vecinos que, con mucho esfuerzo, vamos rehabilitando nuestras casas y confiando que la situación de abandono, drogas y delincuencia no pueda más que nuestro amor por Sevilla.

Pero la paradoja es increíble, después de que poco a poco vamos consiguiendo metas -como es el nuevo acerado con sus naranjos, los adoquines en contra del asfalto- y después de mucho trabajo, van a empezar las obras del aparcamiento subterráneo, que es una necesidad vital para Sevilla, que ama su casco histórico pero no puede acceder a él y encontrar un hueco donde dejar el coche. Aparte de tan esencial necesidad en el centro, es vital para La Alameda dicho aparcamiento, para que pueda salir de la situación en que se encuentra.

¿Cómo se puede explicar que en pleno centro histórico de Sevilla, una de las zonas con más encanto y belleza, se estén cayendo, literalmente, hermosísimas casas y nadie quiera invertir en estos momentos? ¿Por qué hay calles donde la policía no se atreve a entrar? ¿Quién tiene la culpa? ¿Por qué ahora, que se va ha invertir para darle un balón de oxigeno a una zona convertida en nidos de yonkis en fase terminal, refugio de pederastas y delincuentes que gracias al cochambroso mercadillo (si se le puede llamar así) venden impunemente las cuatro cosas que han robado del primer coche que vean?

No lo entiendo. O sea, que por la posibilidad de que los árboles pudieran sufrir con las obras, estos señores se oponen a la primera actuación seria para que esta parte de Sevilla tan querida empiece a normalizarse. Por eso les pido que, por favor, no nos salvéis La Alameda, que desgraciadamente sólo habéis conseguido convertirla en el retrete de Sevilla, sin tener ni siquiera la elegancia de tirar de la cadena.

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