El PP revisará sus ideas en el XIV Congreso para no hablar de la sucesión

En el PP se espera un discurso inminente de Aznar sobre cuáles deben ser los objetivos del XIV Congreso Nacional, ya fijado para la última semana de enero de 2002. Antes de los atentados de este fin de semana, se apuntaba que el presidente podría marcar esas pautas en la intervención prevista para hoy ante la Junta Directiva Nacional del PP, la última antes del verano y a la que tendrán acceso los medios de comunicación. Algo no usual.

En las tareas prioritarias que Aznar señalará al PP para después del verano está marcada por un lado la cita electoral en Galicia (prevista en el partido para el 21 de octubre) y, por otro, los preparativos del cónclave.

Los responsables del área de Formación, que coordina Mercedes de la Merced, y lleva diariamente Eugenio Nasarre como secretario ejecutivo de estudios y programas, han empezado a encargar esquemas, papeles e ideas para remozar la ideología del centro reformismo, que tanto interés suscitó en la anterior convención. Esta misma semana, los máximos dirigentes del Gobierno y del PP participarán en un curso sobre esa ideología en la Universidad de Verano de El Escorial.

Aznar quiere evitar a toda costa que el próximo congreso del partido se centre en una competición de pronósticos y quinielas sobre su sucesión. Ha transmitido a su entorno de máxima confianza que no piensa ofrecer ninguna pista sobre quién le relevará como candidato a La Moncloa en la lista de nombres que le arroparán en el nuevo Comité Ejecutivo. Doctrina que todos los dirigentes del PP machacan sin cesar con más voluntad y disciplina que convicción.

No remodelar el Gobierno El entorno político más cercano a Aznar también descarta que el presidente aproveche ese momento del congreso para ejecutar una remodelación del Gobierno. Y se aporta como dato a tener en cuenta que no sólo Aznar será en esos momentos presidente de turno de la Unión Europea sino que todos sus ministros tendrán ese semestre que comienza en enero un papel igual de relevante entre sus compañeros y difícilmente podrían cumplir ese cometido recién estrenados en el cargo.

Para evitar o al menos amortiguar las discusiones sobre su sucesión, Aznar quiere montar un congreso muy ideológico. Y pretende armar lo máximo posible las ideas del centro reformista para contrarrestar además los pasos hacia el centro político que ha emprendido la nueva Ejecutiva Federal del PSOE, que lidera José Luis Rodríguez Zapatero.

El lema del XIII Congreso Nacional fue finalmente El proyecto para un nuevo siglo. En esta ocasión se profundizará en esa línea, pero para subrayar algo que Aznar lleva reiterando desde hace meses. El presidente del Gobierno ha prometido en múltiples ocasiones que no se presentará como candidato en las elecciones de 2004 pero eso no quiere decir que su proyecto político se acabe en esa fecha. Aznar insiste en que su meta es aprovechar las ocasiones cruciales que se le presentan a España para convertirla en una de las naciones más prósperas de Europa en la próxima década. Su proyecto necesita para completarse al menos los 10 primeros años de este siglo.

La imagen del PP también cambiará en el próximo congreso. Ese encargo es antiguo. El partido pidió varios proyectos en ese sentido hace casi un año. En septiembre de 2000 el propio Aznar paralizó el proceso y encomendó que se aplazara esa revisión estética hasta un momento más oportuno, coincidiendo con la nueva convención. El PP ha solicitado ahora ideas sobre su futura imagen exterior a cuatro empresas del sector. Al margen de cerrar y cuadrar esas propuestas sobre el nuevo estilo corporativo, lo que la dirección del partido sí tiene claro es que el logotipo sufrirá una modernización, pero sin prescindir de la gaviota como símbolo indicativo. Todas las empresas sondeadas han concluido que la gaviota es muy bien percibida por los ciudadanos. No se suprimirá. Simplemente se ubicará debajo de las siglas (ahora está arriba) y se estilizarán sus alas. Las propias siglas del PP también se modernizarán para alargar el cuerpo de las letras. Y el color, ahora rojo, se tornará algo más anaranjado.

La dirección del PP también está decidida, por el momento, a no realizar el gasto en el montaje y la celebración del congreso que afrontó hace tres años. Entonces se aseguró que la inversión en el cónclave iba a ser inferior a los 100 millones de pesetas, algo que pusieron en cuestión tanto las empresas del sector como los responsables del PSOE. Fuentes de la dirección del PP admiten ahora desde el anonimato que ese gasto se disparó al final por encima de los 200 millones.