Los mercados creen que la inflación ha tocado techo en la UE
Esperan que el Banco Central Europeo baje los tipos a la vuelta del verano
Después de casi tres años de funcionamiento del Banco Central Europeo (BCE), una de las pocas cosas que están claras es que mejor no hacer apuestas. Las críticas al BCE han llovido en los últimos meses tanto como los elogios hacia su homólogo estadounidense, la Reserva Federal. La diferencia está en cómo se pilota la nave y en quien está al mando: Wim Duisenberg o Alan Greenspan; el figurante o el actor principal.
'La Reserva Federal actúa, mientras que el BCE se ha atado mucho las manos con su objetivo de inflación del 2%', dice Ángel Laborda, de las Cajas de Ahorros. 'Los mercados están desilusionados con el BCE, con su inflexibilidad, con su preocupación por la inflación y no por el crecimiento', señala Antonio Villarroya, de Merrill Lynch. 'En Estados Unidos cae la Bolsa y eso inquieta a Greenspan; en Europa pasa lo mismo y el BCE no se inmuta', añade Laborda.
Los analistas coinciden en que con el 3,4% de inflación en mayo para la zona euro se ha tocado techo -los buenos datos de junio en Francia y Alemania así lo apuntan-, mientras que el 2,2% de crecimiento en el primer trimestre no supone haber tocado suelo, ni mucho menos. En EEUU sucede lo contrario. El crecimiento económico ha caído hasta el 1,2% en el primer trimestre y puede haber tocado fondo para relanzarse a finales de año, mientras que una inflación por encima del 3% a nadie le parece una amenaza.
'Los inversores se dan cuenta de que EE UU es capaz de reaccionar de una forma activa e inmediata, al contrario que en Europa', señala Jorge Velasco de Morgan Stanley, 'y eso va a provocar que la recuperación aquí sea más lenta'. Es cuestión de prioridades, pero 'el BCE debería darse cuenta de que no puede actuar contra un fantasma del pasado, la inflación, y debe mirar hacia un futuro marcado por las dificultades de crecimiento económico para la zona euro', insiste Villarroya.
¿Es realmente la inflación un problema superado en Europa? Los analistas están escarmentados del fallo general en las previsiones de hace tan solo unos meses pero vuelven a sacar su bola de cristal. 'Podíamos preveer algunas cosas, como los efectos de la crisis del petróleo, pero no los problemas alimentarios, el encarecimiento de los precios de la energía o la debilidad del euro con la economía americana en retroceso', explica Laborda.
La idea es que ahora parece que los precios del petróleo han tocado techo y no volverán a los 30 dólares por barril de finales del 2000. La comparación estadística juega a favor. El enfriamiento económico en la zona euro ha de permitir que el consumo no empuje con tanta fuerza los precios en países como España, y desde este punto de vista también se puede mirar el futuro con cierto optimismo. No deberían producirse nuevos casos de enfermedades animales y, también por estadística, no se repetirán las descomunales subidas en los alimentos.
Sólo hay que esperar, señalan los expertos, a que se pasen los efectos de segunda ronda de la crisis del petróleo en el resto de los precios -como consecuencia del alza de costes por el encarecimiento de los carburantes- y será posible volver a una inflación por debajo del 2% en la zona euro. Los expertos y el BCE creen que esto se producirá en 2002 y que la pendiente a la baja se iniciará este verano.
Ahora la inflación subyacente (descontados los precios de la energía y de los alimentos frescos) se encuentra en el 2,5% desde niveles inferiores al punto hace un año, como reflejo de que la crisis del petróleo ha contaminado buena parte de la actividad económica. La inflación media general de la zona euro está en el 3,4%, el nivel más alto desde el nacimiento del euro, pero ya en junio iniciará un descenso.
Pese a que el momento es crítico, los mercados piensan que Europa tiene más un problema de crecimiento que de precios, pero creen que la inflexibilidad del BCE es un verdadero lastre. Habrá que esperar a la vuelta del verano para que la autoridad monetaria de la zona euro se decida a bajar los tipos de entre un cuarto y medio punto, desde el 4,50% actual. En EEUU el precio oficial del dinero está en el 3,25% y no se descartan nuevos descensos si la economía no repunta al ritmo previsto.
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