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Reportaje:

Geovanni y Rochemback, los primeros castigados

Scolari revoluciona la alineación de Brasil para remediar la peor crisis de su historia

Atrapada en la peor crisis de su historia, con un juego abominable y unos números irreconocibles -hay que remontarse hasta 1921 para encontrarle una serie de resultados tan catastrófica-, la selección de Brasil vive un tormento en Cali. Lo había encomendado todo a esta rebajada Copa América, confiado en que la debilidad de sus rivales y su condición de campeón de las últimas ediciones le ayudarían a recuperarse. Pero no, la Copa no esperó ni cuatro minutos para golpearle duramente. Marcó Borgueti, ganó México y dejó a Brasil acorralada entre su propia depresión, el desconsuelo de sus 170 millones de seguidores y la ira de su prensa, que no tuvo piedad en sus titulares: 'El único terror que se ha visto en Colombia es Brasil'. Scolari recurre a una revolución. Y entre los primeros castigados, los azulgrana Geovanni y Rochemback.

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Refugiada en un inaccesible hotel de concentración al norte de Cali, protegida hasta las cejas por un impresionante despliegue de vigilancia y seguridad, la selección de Brasil trata de reponerse con urgencia de una realidad que pesa como una losa sobre su espalda. Cuatro derrotas consecutivas, una sola victoria en los nueve partidos que ha jugado en el año 2001 y la posibilidad de quedarse fuera del Mundial de 2002. Hay que remontarse 80 años para descubrir en el currículo de Brasil una situación parecida. Nadie da con el problema, tampoco con el remedio. Ante la extensa lista de reproches, tanto Luiz Felipe Scolari como los jugadores se agarran a la huida hacia delante como único mecanismo de autodefensa. Admiten lo comprometida de la situación, no se entretienen en pormenorizar el cúmulo de desaciertos y emplazan el debate hasta el duelo ante Perú de esta noche (11.00). 'Jugamos, vemos qué pasa y después hablamos'.

Lo intentarán, eso sí, con una alineación radicalmente diferente, muestra inequívoca de que Scolari señala a los jugadores y no a su enredado y poco trabajado planteamiento como culpables del desastre ante México. La lista de castigados es enorme y afecta de lleno a Geovanni y Rochemback, los jóvenes futbolistas por los que el Barcelona acaba de pagar 30 millones de dólares. Pese al resumen que hizo de su actuación ante México -'pienso que en Barcelona habré causado una buena impresión', aseguró sin ningún atisbo de ironía-, Rochemback pagará su naufragio absoluto como director del juego. 'La responsabilidad fue de todos', se defiende mientras mastica una manzana, 'lo único que yo juego en una zona muy importante'.

Geovanni paga su miedo, su carácter impresionable. Comenzó rápido, protagonizando las incursiones más peligrosas en el arranque del partido, pero luego se dejó intimidar con una facilidad pasmosa por los zagueros mexicanos. Se encogió y ya no es que no le salieran los desbordes. Es que ni los intentó.

La criba también alcanza a Alexandro, un lateral inimaginable en una selección de Brasil, a Roger, el lateral del otro lado, a Jardel, el ariete que más críticas ha recibido de su prensa, y al atlético Juninho, otro que no vio pecados en su actuación. 'Yo creo que tueve una actuación buena, lo que pasa es que Brasil tuvo una actuación pésima'.

'La cultura brasileña, que sólo consiste en ganar o ganar, pesa en los futbolistas, que tienen ansiedad', afirma Scolari, que ubica el conflicto principal de sus selección en una cuestión psíquica. Más o menos por la misma línea fue Denilson, que recordó su paso por el fútbol español, con un descenso a Segunda incluido, para declararse un consumado especialista en sobrevivir a situaciones tormentosas. 'He aprendido mucho en estos tres años en el Betis', dijo, 'y sé que lo más importante es que en estos momentos el jugador no tenga miedo a jugar. Hay que enseñar personalidad y alegría, intentar tirar un caño si hay que hacerlo. Aunque siempre con responsabilidad. No lo estamos haciendo bien, es una evidencia, pero no podemos rendirnos. Hay que dar la cara y convencernos de que somos capaces de revertir la situación. Y eso es una responsabilidad individual de cada uno'. No le sirvió de mucho su discurso, ya que observará la cita desde el banquillo.

Así que con otra cara, con Belletti y Junior en los laterales, con Juan como hombre libre, con Emerson al volante -si no se recupera de sus molestias jugará Juninho Pernambucano- Costa a su lado, y Guilherme y Ewerthon, en punta Brasil intentará encontrar un resultado balsámico ante Perú.

Denilson y Emerson, en un entrenamiento de la selección de Brasil.
Denilson y Emerson, en un entrenamiento de la selección de Brasil.AP

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