Nuevas restricciones en la salida de Manila de la ronda del Mig

El departamento de Vía Pública del Ayuntamiento de Barcelona se toma las cosas en serio. Contra lo que pueda parecer, programa desvíos y estudia los trayectos alternativos a cortes y restricciones. Lo que no puede prever es que las obras se multipliquen. Es el caso de la ronda del Mig. A los cortes entre la Diagonal y la Bordeta se unen ahora restricciones en la calle de Manila. Es la salida inaugurada en el pasado mes de diciembre. Al realizar las obras para paliar el fiasco del túnel de Mitre, se encontraron allí un colector de aguas. No fue sustituido para no alargar las obras y lo está siendo ahora, con el consiguiente levantamiento del asfalto puesto hace poco más de medio año.

En dirección contraria, los vehículos que optan por la ronda del Mig desde la plaza de Cerdà se ven bloqueados desde hace tres días al haber quedado restringido el paso en la salida obligada de Travessera. Los tres carriles se han quedado en dos por obras en un colector, al mismo tiempo que se abría el paso a los vehículos que proceden de Sants y la avenida de Madrid, que hasta ahora no podían usar el lateral. El resultado es el colapso a casi cualquier hora del día y a algunas de la noche.

Los conductores han empezado ya a reaccionar a estos cortes y lo han hecho como había previsto Vía Pública. La entrada a la ciudad por la Gran Via, que antes era utilizada por 41.000 vehículos registra ahora 54.000. En dirección Llobregat, los 46.000 vehículos que salían de Barcelona han pasado a ser 68.000.

Las calles perpendiculares, subsiguientemente, no han registrado incrementos del mismo orden. De salida, Urgell ha pasado de 26.000 a 28.000 y Entença, de 18.000 a 19.000. Mayor ha sido el crecimiento del tráfico en la calle de Numància: antes de los cortes en la ronda del Mig pasaban cada día 61.000 coches, ahora circulan 76.000, muchos de los cuales acaban en la Gran Via.