Desbordados por las visitas
Más de mil personas acceden diariamente a las excavaciones
Las excavaciones de Atapuerca se han convertido en una atracción turística con creciente interés a medida que gana popularidad su importancia científica. Además, hace unos meses el conjunto fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Pero las cosas no han cambiado mucho allí para hacer frente a la avalancha de curiosos. No hay papeleras, no hay letrinas, no hay un aparcamiento para las decenas de coches y autocares que acceden a los yacimientos.
'Recibimos diariamente unas 500 personas en fines de semana, durante agosto y en Semana Santa', informa Manuel Luque, del parque arqueológico Paleorama, que organiza visitas guiadas a los yacimientos de Atapuerca desde el pueblo del mismo nombre. Los visitantes acceden a la zona en autocares (ocho diarios) acompañados por guías especializados, casi todos arqueólogos que han participado en las excavaciones.
'Hacen falta infraestructuras y complementar la oferta turística. Atapuerca tiene mucha publicidad y la demanda social es enorme'
Los días de mayor aglomeración, otros 500 visitantes aproximadamente parten en las visitas guiadas del Aula Arqueológica Emiliano Aguirre, en Íbeas de Juarros. En total, un millar o más de turistas al día.
Se ha pensado prohibir la entrada de vehículos particulares, pero ninguna barrera lo impide por el momento y los coches se meten por las pistas de tierra hasta la misma verja que cierra los yacimientos. 'Habría que hacer aparcamientos capaces en los pueblos cercanos y organizar las visitas sólo en transporte público', señala Luque. 'Hacen falta infraestructuras para complementar la oferta turística. Atapuerca tiene muchísima publicidad y la demanda social es enorme'.
En julio, cuando los paleontólogos y arqueólogos trabajan en los yacimientos, no está permitida la entrada de visitantes por el corte de la Trinchera (donde están las excavaciones de Dolina y El Elefante). Sería peligroso, además, puesto que a menudo se usa maquinaria, se tiran piedras y sedimentos a los contenedores y los andamios dificultan el paso.
La Cueva Mayor, donde se trabaja ahora en la preparación del yacimiento El Portalón (con restos de la edad del bronce) y la Sima de los Huesos, está tajantemente cerrada a las visitas.
Sin embargo, las excavaciones de Dolina y El Elefante se ven estupendamente desde los miradores que, unidos por un camino que parte de la caseta de información, bordea la Trinchera. Allí se detienen los grupos de visitas para escuchar las explicaciones de los guías y leer un par de carteles aclaratorios, mientras observan a pocos metros a los arqueólogos y paleontólogos trabajando todas las mañanas, excepto los sábados.
'Hay un itinerario arqueológico, pero nada más', comenta Juan Luis Arsuaga. 'Y la sierra ofrece otros atractivos; por ejemplo, podría hacerse un itinerario botánico para que la gente conozca los ecosistemas, y otro geológico, con explicaciones sobre las cuevas. También se echan en falta buenos centros de acogida en un entorno de atractivo turístico con potencialidad de crecer enormemente en los próximos años. Los centros de Íbeas y de Atapuerca, aunque correctos, son insuficientes'.
Begoña Hernández, directora general de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, afirma: 'En estos momentos, junto al apoyo a la labor de investigación de los yacimientos que viene realizando la Junta desde 1984, hay que destacar dos objetivos más: la protección y la difusión'. Desde 1991, Atapuerca es Bien de Interés Cultural (BIC) y se puso en marcha un sistema de gestión y protección del yacimiento y su entorno.
'Hay un compromiso de la Junta de hacer un plan de desarrollo sostenible de Atapuerca', dice Hernández, y destaca la función de explicación y de canalización de visitas de los dos centros de acogida, junto con Paleorama, que se inaugura la semana próxima. 'Se pretende disuadir a los visitantes de que accedan a los yacimientos en su propio coche y canalizar las visitas en los autocares con visitas guiadas', continúa.
De momento, no sólo las visitas sufren en la sierra de Atapuerca las carencias de algunos servicios, también los investigadores se plantean si no va siendo hora ya de que llegue agua y electricidad a los yacimientos, donde se sigue trabajando con generadores y con camiones cisterna, donde hace falta luz. Por supuesto, el tendido de la luz y del agua tiene que ir por canalizaciones subterráneas en el entorno, y nadie quiere ni oír hablar de postes de electricidad surcando los trigales o las cunetas de las pistas que conducen a los yacimientos.
Hernández señala que Atapuerca es 'un paraje natural; llevar agua y electricidad para poner unos servicios... Consideramos que hay puntos cercanos donde se puede solucionar; no obstante, en las temporadas fuertes, a veces, se suelen instalar servicios portátiles'. En cuanto a papeleras, Hernández confía en 'el civismo de la gente y en que no se tiren papeles alrededor'.
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