'El Galibier lo tengo atragantado'

Antes de rendirse al poderío escalador de Roberto Heras, vivió su momento de gloria durante unas cuantas jornadas de la última Vuelta -también con sus victorias en el Campeonato de España o cuando terminó quinto en el Tour de 1999-. Ahora pasa la primera semana en la carrera francesa con la tranquilidad del veterano y al rebufo del efecto mediático que en Francia produce Moreau, su compañero en el Festina. Ángel Casero, nacido en Albalat (Valencia) hace casi 29 años, un tipo amable con aspecto de ser el más formal de la clase, se ahorrará en este Tour su peor pesadilla: el Galibier, el monte que más ama y más odia.

Pregunta. ¿Su mayor manía?

Respuesta. Besar la cruz antes de salir en bicicleta.

P. Dígame un vicio suyo, algo cotidiano que roce lo enfermizo.

R. Internet. Me conecto para ver diarios deportivos y se me pasa el tiempo volando.

P. Su principal virtud.

R. La sangre fría.

P. ¿Y un defecto?

R. El perfeccionismo. A veces, no me gustaría ser tan meticuloso.

P. ¿Qué odia más en el día a día?

R. La envidia.

P. Termine la frase: 'Me encanta...'

R. Estar con mi familia.

P. ¿Cuál es su canción favorita?

R. La música pop. Pero no tengo una canción o un artista favoritos. Me gusta la variedad.

P. Elija un ciclista en el que se reencarnaría.

R. Bernard Hinault, por su agresividad para intentar ganar todo lo que se le ponía delante. Y porque lo conseguía, claro. Ya me gustaría a mí ganar todas las carreras que quiero.

P. Una película.

R. La milla verde. Un peliculón.

P. ¿Y una mujer, que no sea su novia o esté vinculada a su entorno privado?

R. No sé, tal vez Penélope Cruz. Es atractiva y pone mucha pasión en los papeles que interpreta. No sé si en la realidad es igual.

P. Dígame un lugar mítico en la historia del ciclismo.

R. El Galibier. Lo tengo atragantado. Cada vez que lo subo lo paso muy mal. Me pregunto: '¿por qué siempre me vengo abajo en ese sitio?'. Menos mal que este año no lo subimos.