'Intento no tomarme nada en serio, para no llorar'

Cinco años después de empezar a concebirse, está a punto de estrenarse Gente pez. El próximo día 3 de agosto es la fecha prevista para que, si nada se tuerce, llegue por fin a las pantallas el primer largometraje cuyo guión ha sido confeccionado por Mauro Entrialgo, creador vitoriano de 36 años que con anterioridad ha facilitado textos a la compañía teatral Sobradún. Aunque las diferencias existentes con la idea de Jorge Iglesias han impedido que ambos guionistas dirijan esta nueva 'comedia costumbrista' al alimón, Entrialgo ha dispuesto de más tiempo para desarrollar sus facetas de dibujante de cómic, ilustrador, guionista teatral y rockero.

Pregunta. Hace más de dos años ya decía que ultimaba su primer largometraje. ¿Por qué se ha retrasado tanto Gente pez?

Respuesta. Buff!!!!, hay miles de razones pero, en concreto, si no se hizo entonces es porque las dos productoras que tenían la película abandonaron el proyecto. Bueno, abandonaron todos los que tenían porque les fue muy mal, no sé ni si siguen existiendo. Buscamos otra productora, con lo que supone vender un guión cuya primera versión no gusta, pero la modificada a gusto de las productoras tampoco, por lo que tuvimos que hacer otra nueva que encajara con el gusto del nuevo productor. Fue volver a empezar otra vez.

P. El proyecto viene incluso de más lejos, ¿verdad?

R. Sí, en el verano de 1996 empezamos con la idea. Cuando ya la teníamos clara, el guión y tal, en 1997 empezamos a buscar productora; en 1998 convencimos y ya íbamos a rodar; en 1999 se fue todo al traste y buscamos una nueva; se rodó en verano del año pasado y ha tenido una posproducción también muy larga. Hasta ahora.

P. ¿Cuál sería la sinopsis de Gente pez?

R. Es sobre cinco jóvenes de muy distintos caracteres que comparten un piso, sobre la convivencia entre ellos y los intereses que tienen en una gran ciudad.

P. Aparece un joven siempre colgado del ordenador, otro supuesto escritor que no sale del bar,... Parece que no da una imagen muy positiva de la juventud actual.

R. No, no doy una imagen muy positiva de la juventud, pero tampoco la doy mejor de la infancia ni de los adultos. O sea, no se trata de retratar a la juventud, su falta de ideales frente a otro tipo de gente. De toda la gente que aparece en la película, ninguno tiene una vida con gran trascendencia.

P. En principio iba a codirigir la cinta con Jorge Iglesia. ¿Por qué no lo hace?

R. Porque según íbamos avanzando en el proyecto nos íbamos dando cuenta de que teníamos ideas de dos películas distintas. Aunque el guión era el mismo, yo tendía para otro lado y decidimos que lo hiciera él en solitario.

P. ¿Ha descartado ya dirigir una película en el futuro?

R. No. Lo que pasa es que lo de Gente pez me vino en un momento en el que tenía mucho trabajo, estaba agobiado, tenía muchos problemas, y no me apetecía meterme en un berenjenal de estos. Y menos si no estaban claras las cosas.

P. Al frente de su grupo, Esteban Light, dijo que tomarse algo como el rock en serio le parecía un chiste. ¿Opina lo mismo del cine?

R. A ver... es que el concepto del rock es un poco chiste, el de la música no. El concepto de rock, de hacer canciones populares con chascarrillos y unas estructuras muy simples, de intentar pensar que eso es muy trascendente, sí es un chiste, pero la música en general no lo es. Entonces el cine en general, al igual que la música, no es un chiste. De todos modos, tomarse demasiado en serio cualquier cosa no es lo más apropiado para poder sobrevivir a esta triste vida.

P. Entonces, ¿qué se toma en serio Mauro Entrialgo?

R. Intento no tomarme nada en serio, para no llorar.

P. ¿Cuál es su propósito final en sus diferentes facetas artísticas?

R. Contar otras cosas, sin ser pretencioso ni obvio.

P. ¿Qué proyectos tiene?

R. Pues pocos, porque he pasado un año superagobiado, con un montón de trabajo, y lo que estoy intentando es no trabajar, al menos, los domingos y los sábados. Por tanto, estoy despejando mucho: estoy intentando seguir con mis colaboraciones de historietas y coger cositas con pinzas. Algún trabajo de ilustración y alguna cosa de tele, pero no embarcarme en 18 cosas a la vez. Así el tiempo pasa más rápido y no vives. Y lo malo de no vivir es que no tienes nada que contar.