Aznar acusa a Zapatero de no atreverse a dar su modelo alternativo en el debate de la nación
El presidente descalifica al líder del PSOE por encargar a expertos 'remozar recetas del pasado'
La disculpa de la convención montada ayer por el PP sobre La España del euro le sirvió a Aznar para reaparecer públicamente en España, tras el último viaje oficial a México y después de la crisis alimentaria del aceite de orujo, con un discurso de 45 minutos en el que no aportó una novedad de calado. El lema de la reunión, a la que acudieron medio Gobierno y numerosos altos cargos y parlamentarios del PP, facilitó que el presidente se ejercitase en el juego de comparaciones entre cómo estaba España de atrasada hace 15 años, cuando aún no pertenecía a la Unión Europea, hace cinco años, cuando el Gobierno del PSOE la dejó 'en el pelotón de los torpes', y ahora, tras los beneficios nada 'casuales' aportados durante su mandato por el Ejecutivo del PP.
El presidente se presentó ante el auditorio, unas 800 personas convocadas en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid, con las más de 280 fichas que sus asesores le prepararon para el debate de la nación y que apenas pudo utilizar por el tipo de réplica que protagonizó José Luis Rodríguez Zapatero. Ayer las rescató y las fue leyendo y comentando sin gran pasión. Incluso, dijo, con 'buen humor'.
En ese contexto, sin Zapatero enfrente, Aznar se dirigió a él y a sus críticas sobre la inhibición e incapacidad del Gobierno repetidas veces, pero de forma implícita. Por ejemplo, cuando contrapuso su criterio de que 'los Gobiernos no están para escurrir el bulto'. Cuando admitió que a su Gabinete 'se le podrá cuestionar y criticar muchas cosas, pero no se podrá decir que no cumple sus compromisos con los electores'. Cuando diferenció entre 'las cosas poco cómodas pero necesarias' que emprende su Ejecutivo frente 'a los discursos vacíos o retóricos' de otros 'con palabras para intentar quedar bien'. O cuando concedió finalmente ante los problemas de gestión que se le acumulan que su Gobierno se equivoca, pero 'como todo hijo de vecino'.
Con un tono monocorde, sin levantar la voz ni tampoco hacer casi concesiones a los militantes presentes, Aznar acusó a Zapatero de querer 'volver a políticas acabadas que ya costaron mucha prosperidad'. El presidente repetió varias veces en su intervención que no se conforma con haber transformado España en cinco años de un país más en el furgón de cola de Europa a uno de los más prósperos, abiertos y modernos del mundo, para insuflar en el PP más ánimos e iniciativas.
El PP editó al efecto incluso un vídeo de cuatro minutos en el que ofrece una imagen catastrófica en blanco y negro de la España que el PSOE dejó en herencia a Aznar y otra visión colorista y llena de expectativas sobre los logros y metas alcanzadas por este Gobierno. Aznar sucumbió a ese espíritu y apeló al vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, que le seguía en primera fila, para subrayar que ahora su Ejecutivo discute sobre cómo invertir el supéravit presupuestario 'mientras otros buscan otros modelos o se los encargan a expertos de aquí o de allá, pero ya veremos si los encuentran o no'.
Esta referencia al PSOE de Zapatero la amplió al cuestionar que del líder socialista 'lo único que sabemos es que cuando llega la ocasión dice que no es el día adecuado'. Comentario con el que Aznar salió al paso del argumento de Zapatero de que aún no ha llegado el momento de confrontarse con el presidente del PP.
El líder del PP consideró así como 'recetas antiguas y fracasadas del pasado' algunas ideas que atribuyó al PSOE sobre 'subsidios generalizados en vez de hablar de empleo'; sobre la libertad y la iniciativa frente a la mayor intervención o burocracia en temas como la política en las cajas de ahorros; sobre la conveniencia de bajar los impuestos y no hacerlo en las comunidades autónomas donde se gobierna.
El PSOE copia sus ideas Aznar dio la bienvenida al PSOE a sus teorías, aunque lamentó que lo haga cuando España 'es un país un poquito mejor', con más empleo y estabilidad presupuestaria, menos déficit y más fondo de reserva para pensiones. En esa línea, Rato, que intervino antes que Aznar pero con más garra, llegó a asegurar que las ideas del republicanismo moderno que preconiza el PSOE de Zapatero, con su fervor por la igualdad de oportunidades, la libertad y transparencia en todos los sectores, son las que defiende el PP hace 20 años.
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