La concentración de jóvenes con motivo de las fiestas patronales aumenta el riesgo de peleas 'Las agresiones van en aumento y se dan cada vez a edad más temprana', dice una psicóloga
La muerte de David Vázquez, de 23 años, el pasado 1 de julio, en una pelea entre jóvenes en las fiestas de Sopelana, ha hecho sonar la alarma sobre las cada vez más frecuentes reyertas y agresiones juveniles durante los fines de semana. Fuentes policiales y de la DYA confirman este incremento y calculan que en los últimos ocho meses ha habido en Vizcaya una media de cinco peleas entre sábado y domingo. Otros expertos consideran que la oleada de agresiones tiene que ver con el desplazamiento de la diversión a la madrugada y con el cóctel explosivo de alcohol y drogas que acompaña este nuevo horario.
La pelea que desencadenó la muerte del joven David Vázquez no fue la única de ese fin de semana. Otras seis causaron heridos ese fin de semana en la comunidad autónoma. Todas ocurrieron en Vizcaya y siempre durante la madrugada. El fallecimiento del David Vázquez es el segundo que se produce en estas circunstancias en cuatro meses. El 21 de marzo, tras diez días en estado de coma, falleció el joven de 29 años Igor Etxebarria, de Amorebieta, a consecuencia de una paliza que le propinó a la salida de la discoteca Consorcio de Bilbao uno de los vigilantes.
'La noche protagoniza el tiempo principal de ocio juvenil. Los jóvenes se apoderan del espacio nocturno cuando los adultos descansan. Desean mantenerse lejos de sus miradas. Buscan celebrar la fiesta sin testigos. Sólo permiten ser testigos a sus iguales: otros jóvenes', explica la socióloga María Luisa Setién, directora de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Deusto. El objetivo, añade, es disfrutar aquí y ahora, lo que lleva muchas veces a beber más de lo aconsejable. 'En ocasiones, persiguen sensaciones a través de las drogas. Sus formas de ocio son festivas y sociales. Se reúnen los fines de semana en el bar, pero también tomando sus consumiciones en la calle y charlando con los amigos. Es un ocio que se agota en la diversión', señala Setién.Esa diversión va cada vez más unida al consumo de alcohol y de drogas. Un 38% de los jóvenes vascos de entre 14 y 24 años ingiere 'desmedidamente' bebidas alcohólicas los fines de semana y a partir de los 18 es casi tan frecuente beber de forma moderada, como excesiva o desmedida. Además, según el estudio del Observatorio Vasco de Drodogodependencias 1999, dirigido por el sociólogo Javier Elzo, al menos la mitad de los que tienen entre 15 y 24 años ha probado alguna vez derivados del cannabis y casi el 20% ha probado el hachís más de 40 veces. El 14,5% ha consumido anfetaminas y el 8% extásis.
Josune Eguía, psicóloga del centro Campuzano, en Bilbao, señala que los jóvenes beben, toman drogas de diseño en las discotecas y todo lo hacen por la noche. 'La responsabilidad es de los padres, pero también de la sociedad. Nos quejamos que pasen hechos como el de Sopelana, pero a veces no hacemos nada por evitarlo'. En su opinión, los jóvenes no distinguen entre insulto y agresión, y responden igual ante ambas. 'Les falta autocontrol emocional, pierden los nervios cuando no obtienen lo que piden. Son vulnerables ante la frustración, no la toleran y, a veces, se toman la justicia por su mano. Parece realmente que las agresiones van en aumento y a edades cada vez más tempranas', señala. Esta frecuencia aumenta, según fuentes de la Ertzaintza, con la llegada del verano y de las fiestas patronales. Después de una larga noche de alcohol y, quizá, pastillas, cualquier chispa hace saltar una bronca.
Los jóvenes buscan la diversión fuera del hogar, y casi siempre con sus amigos. El grupo de amigos ha sido siempre importante pero cada vez lo está siendo más. El 97% de los jóvenes tiene como actividad fundamental de ocio quedar con los amigos; incluso por encima de escuchar música en casa (95%). El 89% acude a bares y cafeterías y el 77%, a discotecas, según datos de una encuesta sobre la juventud de 1999 que aporta Maria Luisa Setién.
'La identidad personal se logra por el proceso de adhesión al grupo. Antes, esto ocurría en la familia, pero ha sido sustituida por los grupos de amigos, que adquieren un papel importante. Es muy dificil salir del grupo porque lo necesita para sobrevivir', argumenta por su parte el pedagogo Luis Otano.
Las peleas de fin de semana arrancan la mayoría de las veces de disputas entre grupos. A veces, el motivo es baladí; una mirada, un empujón. 'Si le pegan a un amigo, es normal que salgas en su defensa. Todos lo hacemos. No te vas a quedar mirando como le dan', justificaba el pasado día 3 un amigo del joven de Getxo I. Z. P., que en ese momento declaraba ante el Juzgado de Instrucción nº 2 de la localidad guipuzcoana como presunto autor del puñetazo que desencadenó la muerte de de David Vázquez en Sopelana.
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