Otegi acusa a la corriente Aralar de 'sabotear las reglas del juego democrático'

Los dirigentes navarros de Aralar, que anunciaron el pasado sábado en Pamplona su decisión de convertirse en fuerza política independiente en lugar de integrarse como corriente interna en el nuevo partido denominado Batasuna, mantuvieron ayer silencio ante las acusaciones vertidas contra ellos por Otegi, a las que responderán hoy. Las actitudes de cautela que ambas formaciones mantienen en sus manifestaciones públicas reflejan hasta qué punto la división anunciada por Aralar ha constituido una sorpresa en las filas de Batasuna, cuyos dirigentes aseguraron el primer día haberse enterado de la decisión a través de 'los periódicos'.

Ayer precisamente un grupo de nueve militantes de esta corriente crítica firmaba un artículo en Gara y Diario de Noticias en el que anunciaban su decisión de trabajar por la unidad de la izquierda abertzale, pero negaban que esta propuesta de unidad esté 'patrocidana o tutelada por ninguna de las sensibilidades existentes, como ha ocurrido con Batasuna', en clara alusión al dirigismo que ha caracterizado a la constitución del nuevo partido. Precisaban también que sus diferencias con la formación de la que han decidido independizarse están en 'la utilización, prioridad, complementación o supeditación de los diferentes medios de lucha, así como el respeto a la autonomía', en clara alusión a la violencia de ETA.

La nueva formación que ha sustituido a HB ha reaccionado con furia al anuncio de la que es su primera escisión formal. Otegi arremetió contra ella en su comparecencia de ayer en San Sebastián y acusó a los dirigentes de Aralar -destaca entre ellos el fundador de HB Patxi Zabaleta e Iñaki Aldekoa- de mantener una actitud de 'absoluta provocación' destinada a 'sabotear' el proceso de unificación de la izquierda abertzale, a lo largo del cual se había aceptado la existencia de corrientes críticas organizadas, lo cual representa un cambio sustancial. Otegi afirmó que miembros de Aralar, cuya identidad no concretó, rechazaron entrar a formar parte de la dirección nacional de Batasuna cuando se les hizo la propuesta y calificó de 'absolutamente desleal' su actitud.

La corriente Aralar ahora independizada de la izquierda abertzale presentó durante el debate recién finalizado una ponencia política que resultó abrumadoramente derrotada -obtuvo el 8% de los votos de las asambleas- del mismo modo que fueron rechazadas las numerosas enmiendas que presentó a la ponencia oficial, respaldada por la dirección. Durante los casi dos años de proceso que ha durado la reconversión de HB, los impulsores de esta corriente crítica denunciaron la interferencia que produjo en el mismo la ruptura de la tregua por parte de ETA, al provocar un desmarque paulatino del proceso de unificación por parte de los sectores independentistas que se habían acercado a la izquierda vasca a partir de la distensión.

Según Otegi, la 'estrategia de provocación' mantenida por Aralar al negar que se hayan admitido sus propuestas durante el debate interno pretendía la expulsión de sus dirigentes de Batasuna para 'poder decir después que no ha habido condiciones democráticas para el debate en la izquierda abertzale'. 'Algunos portavoces de Aralar han actuado desde el inicio del proceso con deslealtad y falta de respeto hacia las mínimas y elementales normas del juego democrático', añadió Otegi.

El portavoz de Batasuna aseguró que más del 95% de los votantes que apoyaron las ponencias de la corriente que lidera Patxi Zabaleta, en su mayoría ubicados en Navarra, 'siguen estando en las filas de Batasuna' y permanecen al margen, o claramente en contra, de la decisión de Aralar de independizarse.

Otegi también recordó que los cargos públicos conseguidos bajo las siglas de Euskal Herritarrok no son 'nominales', por lo que aquellos que pertenecen a la corriente Aralar 'deberían dimitir'. Con esto se refería al veterano dirigente Patxi Zabaleta, actualmente portavoz de EH en el Ayuntamiento de Pamplona, y al miembro del Parlamento navarro Pablo Muñoz.

El portavoz de Batasuna se mostró confiado en que estos dos cargos públicos 'no hagan una guerra por mantener sus puestos obtenidos con las siglas de Euskal Herritarrok'.