16 detenidos de Falun Gong intentan suicidarse en China
En Francia, donde el pago por cheques o tarjetas está absolutamente extendido, el efectivo se usa para comprar el pan o pagar el taxi: tanto es así, que los cajeros automáticos sólo entregan 2.000 francos (50.000 pesetas) cada 10 días. De ahí la sorpresa causada por la revelación de que Jacques Chirac pagó en líquido una veintena de viajes privados de él mismo, de su esposa Bernadette y de su hija Claude, por un valor de 2,4 millones de francos (unos sesenta millones de pesetas) entre 1992 y 1995, cuando era alcalde de París.
Los tres jueces que instruyen un sumario por desviaciones de fondos en obras del Ayuntamiento parisiense sospechan que parte de ese dinero pudo ser utilizado para sufragar los viajes privados de Chirac y de su familia. Hay que tener cuidado con las sospechas, porque pueden ocultar otras: el entorno presidencial ha sugerido que el dinero de los viajes procedía de los fondos reservados. No sin aclarar que de esos fondos disponen tanto el presidente como sus adversarios políticos, los miembros del Gobierno.
Dieciséis seguidores del movimiento espiritual chino Falun Gong intentaron suicidarse el mes pasado en un campo de trabajo chino, y diez de ellos pueden haber muerto, según un grupo de derechos humanos de Hong Kong. El motivo fue la prolongación de su internamiento (de tres a seis meses) decidida por las autoridades del campo como represalia por la huelga de hambre que comenzaron el pasado 15 de junio para protestar por el maltrato al que eran sometidos. Desde que Falun Gong fue prohibido por Pekín en 1999, 153 de sus integrantes han muerto y más de 10.000 han sido internados en campos de trabajo.
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