Sin voz
El beso algo pasado de rosca que se dan, y se publica en la instantánea de la edición de ayer, el presidente Fox y Martha Sahagún, ha enmudecido a la ya primera dama mexicana y ha colocado la visita de Aznar entre las bambalinas de la actualidad. Se ve que cuando a uno le sacude eso del 'puritito amor', y encima calza botas de cuero ferreteado, se está más al revolcón que a la negociación. A la sagacidad de muchos estadistas, no se les habrá escapado la fórmula azteca del 'puritito amor', para deshacerse, con zalamerías, de algún portavoz pelmazo, impertinente o muy sabidillo, en particular cuando el jefe del ejecutivo y su vocero son de distinto sexo, y al jefe le encanta escuchar el tintineo de las espuelas más que un piano de cola. Pero aun siendo del mismo sexo, la cosa también tiene lo suyo. Imagínense que el jefe hace una ligera alusión a la fórmula, y suspira: tú de lo oído ni pío, Pío. Entonces Pío se pone lívido y le da por decirle a la prensa más gansadas de las que habitualmente dice.
Por 'puritito amor' Vicente Fox le echó el carpetazo a un noviazgo clandestino y a los chismes, del rosa al amarillo, que se urdían a su alrededor, y, de paso, le sorbió la voz a su esposa, lo mismo que a los zapatistas, pero baleándolos, cuando se le ponen insurgentes. Por puritito interés económico, que también es un antigua manera de ejercer el amor, se facturó a Milosevic a La Haya. Sólo que en La Haya, en vez de portavoz, hay una fiscal que le ha sacado los colores y la podredumbre almacenada a lord Robertson, secretario general de una OTAN, con la absolución de muy dudoso sello, pero moralmente desmantelada. Por puritito vasallaje, que es igualmente todo un ejemplo de amor al amo, Jesús Cardenal considera improcedente la imputación a Piqué.
El presidente Fox con su 'puritito amor' nos ha brindado una tierna metáfora de cuanto viene sucediendo en el planeta. Por puritito desprecio, el mercado y su mayordomía de políticos en liquidación, atornillan en un beso a toda la humanidad, a todos los pueblos, a todas las gentes, y les vampirizan la voz, los hígados y la pasta. Sí, son insaciables. Pero, usted, mucho cuidado y a callar.
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