"Intento mandar todo lo que puedo"

Pregunta. Dicen que es usted dura de pelar: buena argumentadora y mala enemiga.

Respuesta. Bueno, yo no creo que sea cuestión de dureza, sino de convicción en lo que estoy trabajando. Y creo que soy buena amiga.

P. También aseguran que es más lista que el hambre, pero terca e impasible.

R. Eso se lo han dicho mis amigos, ¿no? [Risas]. Hombre, terca, sí soy. Y, seguramente, impasible cuando trabajo.

P. Y, además, dicen que es una ordinaria.

R. Entonces, ya no son tan amigos. [Risas].

P. ¿Cree haber ganado la batalla de las cajas sevillanas?

R. Aún no hemos conseguido renovar los órganos de gobierno. Lo que ha quedado claro es el esfuerzo que cuesta que algunos cumplan la ley.

P. ¿Qué se ha dejado en el camino? ¿Sólo dos presidentes levantiscos?

R. Mucho tiempo y mucho esfuerzo.

P. Aseguró que ellos tenían fuertes intereses. ¿Tirará usted de la manta?

R. Voy a tirar de todo lo que tenga que tirar.

P. ¿Ha estado sola -o sola con Chaves- ante el peligro?

R. Hemos estado en 2001, una odisea en el espacio.

P. ¿Él es el presidente autonómico de su vida?

R. Es el único presidente autonómico de mi vida.

P. Cuentan que en una reunión polémica con el PP tuvo a Rajoy fumando escondido debajo del mantel, por su aversión al puro.

R. Hombre, sobre todo porque no estaba dispuesta a que se fumara un puro mientras quitaba el dinero a los andaluces.

P. ¿Cómo lo hace?

R. Se llevan la pasta Rajoy, Rato y Aznar. Se la están llevando todos para hacer política, fuera y dentro de aquí. Me refiero a la financiación, a las inversiones... El PP ha decidido dejar Andalucía en barbecho.

P. ¿Y usted no vende motos?

R. Procuro no venderlas porque no me merece la pena.

P. En el propio PSOE le llaman Mandatela en vez de Magdalena. ¿Manda cantidad?

R. En el ámbito de mi responsabilidad, intento mandar todo lo que puedo porque para eso estoy. Y me gusta que me llamen Mandatela. Me lo he ganado a pulso.

P. ¿Es una especie de Villalobos de izquierda?

R. ¡No, por Dios! Celia y yo sólo nos parecemos en que somos mujeres y malagueñas.

P. Usted tiene la autoestima bien puesta, ¿no?

R. No, eso no es cierto.

P. No me diga que se considera más bien poquita cosa.

R. Creo que profesionalmente realizo un buen trabajo, pero personalmente tengo cantidad de defectos, como cualquiera.

P. Ejemplo.

R. Soy muy exigente. Con ello haces la vida difícil a ti y a los demás, y a lo mejor te lleva muchas veces a ser injusta.

P. Tiene una peña de mus. ¿Va por la vida de farol?

R. Algunas veces, sí. Y, además, me divierte mucho porque es un juego psicológico en el que puedes comerle la moral al otro, pero no se entera.

P. ¿Le pasa también en la política?

R. En algunas negociaciones he ido de farol, y las he ganado.

R. Yo le doy un órdago.

P. Veo que era una falsa alarma. ¿Celebrará la victoria de las cajas con gazpachuelo y tinto con casera, su menú favorito?

R. Yo todo lo celebro con tinto con casera. El gazpachuelo es una comida malagueña buenísima que se ponía en los duelos.

P. Superadecuada, entonces, para lo de las cajas.

R. Sí, para algunos...

P. Aseguran que emplea mucha terminología sexual. ¿Dime de lo que presumes... o todo lo contrario?

R. Hombre, ni una cosa ni otra. Soy normalita. [Risas].

P. Su fama de señora de rompe y rasga ¿responde a la realidad?

R. A mí me viene bien que se lo crean. [Risas]. Me facilita mucho mi trabajo.

P. ¿Terminará la película sin que la tiren del caballo?

R. Los malos no pueden ganar.