Shevardnadze reafirma el interés de Georgia por entrar en la UE y la OTAN
'Los viejos hábitos no han desaparecido' en el Kremlin, 'pero también aquí perviven', afirma Edvard Shevardnadze, presidente de Georgia y último ministro de Exteriores de la extinta URSS, durante un encuentro con periodistas europeos al término de unas maniobras de la OTAN realizadas la semana pasada en la costa del mar Negro, en las que por vez primera ha participado esta pequeña ex república soviética, de poco más de cinco millones de habitantes.
Sobre Georgia se han concentrado las miradas internacionales por su posición geoestratégica entre los países del Cáucaso y el Asia Central y como ruta hacia Occidente del petróleo y gas del mar Caspio. Por lo que no es de extrañar que las maniobras de la OTAN hayan suscitado bastante irritación en Moscú.
'Díganme un caso en la historia de un imperio que haya entrado en declive y que no intente durante un tiempo que prevalezcan sus intereses', afirma Shevardnadze, que este año cumplirá 73 años, ha sobrevivido a dos atentados y ha sido elegido dos veces presidente, la última en abril de 2000. Ahora sus apoyos están cayendo en picado debido a las malas condiciones económicas (dos tercios de la población vive por debajo del umbral de pobreza) y a la corrupción: 'La situación es desastrosa', reconoce al afirmar que a ella han contribuido la crisis financiera rusa y la sequía.
Críticas de Putin
Rusia no se lo está poniendo fácil con las negociaciones sobre el desmantelamiento de sus cuatro bases, su implicación en los intentos independentistas de Abjacia y Osetia del Sur y con cortes en el suministro de gas este invierno. Tampoco parece que haya demasiada química entre el ex colaborador de Mijaíl Gorbachov y el actual titular del Kremlin, Vladímir Putin, que acusa al Gobierno de Shevardnadze de permitir que la guerrilla chechena utilice Georgia como plataforma de sus ataques.
Califica Shevardnadze la acusación de absurda: 'He tratado de explicar a Putin que en mi país hay civiles chechenos que simpatizan con la guerrilla. Me pidió autorizar el envío de soldados. Respondí que la situación sería mucho peor porque podría provocar una operación de reacción-contrarreacción. Además, ¿qué lógica tiene que un país soberano le permita entrar a otro para capturar y castigar a presuntos terroristas?'.
Georgia ha anunciado el deseo de formar parte de la OTAN. El pasado año Shevardnadze indicó que el objetivo era lograr el ingreso en 2005. Ahora prefiere eludir fechas. 'Ser miembro de la OTAN es una perspectiva aún lejana. Nos gustaría acelerar el proceso, aunque comprendemos que en la práctica es imposible'. Su portavoz explica que lo que ha querido decir es que 'la prioridad de Georgia es integrarse en Europa. Nos da igual si es antes en la OTAN que en la UE'. Algunos analistas ven en las manifestaciones de Shevardnadze un toque de prudencia para no tensar más las relaciones con Rusia.
Respecto al sistema de defensa antimisiles en el que EE UU quiere involucrar también a europeos y rusos, Shevardnadze no tiene dudas: 'Fui siempre un acérrimo simpatizante del tratado ABM y de los SALT-1 y 2. En los setenta sólo dos países tenían armas nucleares. Ahora existe un peligro real de proliferación. Creo que la necesidad de crear un sistema de este tipo no daña a nadie, y estoy convencido de que el plan de Bush irá adquiriendo cada vez más adeptos'.
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