El recaudador de impuestos Cervantes

Miguel de Cervantes pasó a la historia por su extraordinaria aportación a la literatura castellana. Sin embargo, poco se conoce sobre la función que le ocupó años antes como recaudador de impuestos para las galeras de Felipe II. El investigador Pedro Javier Rivas, en su labor de catalogación del archivo municipal de Iznatoraf (Jaén), ha sacado a la luz documentos inéditos que atestiguan la presencia de Cervantes en esta pequeña villa de nombre árabe. La documentación localizada viene a corroborar los protocolos notariales que el catedrático de Historia de la Universidad de Jaén Luis Coronas Tejada halló en 1979, según los cuales el propio Cervantes da fe de su presencia en varios municipios jiennenses en 1591 y 1592. El escritor tenía el encargo de reunir provisiones para la Armada Invencible y las flotas de las Indias, fundamentalmente trigo, cebada y garbanzos.

De los legajos hallados se desprende, según Rivas, que Felipe II buscaba para la labor recaudadora 'dos personas de confianza, habilidad y suficiencia' que evitaran la 'especulación y la picaresca' que imperaba en la España de finales del siglo XVI. 'Se ordenó que se les dejase a las familias sólo lo justo para su sustento, pues lo prioritario para los intereses del reino era la alimentación de las tropas de las galeras', subraya Rivas, licenciado en Humanidades por la Universidad de Jaén y autor de un itinerario de patrimonio histórico en la comarca de Las Villas.

Miguel de Cervantes y Diego de Ruiz fueron los elegidos para llevar a cabo la labor recaudadora por tierras andaluzas y manchegas. A ambos se les asignó un sueldo de 400 maravedíes al día, además de asignarles otros ayudantes. Para el total de Andalucía se pensó recaudar 60.000 fanegas de trigo, pero las previsiones apenas se cumplieron en ningún municipio. Tan sólo en Iznatoraf Cervantes alcanzó casi todo su objetivo al recaudar 96 de las 100 fanegas de trigo previstas. En dos municipios vecinos, Villanueva del Arzobispo y Villacarrillo, sólo llegó a recaudarse la mitad.

Ahora, la labor investigadora de Rivas, que es también cronista oficial de Iznatoraf, ha permitido localizar dos valiosos documentos que vienen a sellar los vínculos entre esta pequeña localidad del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas y el autor del Quijote.

Por un lado, se ha hallado una libranza, de fecha 20 de octubre de 1592, firmada por Pedro de Isunza, proveedor general de las galeras de España, para que se le pagaran al Concejo de Iznatoraf -que en aquella época ejercía una gran influencia en toda la provincia jiennense- 1.344 reales por las 96 fanegas de trigo recaudadas.

El segundo documento es una cédula real que el propio monarca firmó el 1 de septiembre de 1593 y que también intentaba saldar la deuda contraída con Iznatoraf: '(... haviendose en el my Consejo de guerra visto lo he havido por bien y por la presente os ordeno y mando hagays pagar a la dicha villa o a quien su poder jurídico la dicha libranza del dinero huviere en ser o se cobrare de los doscientos mill reales que el año pasado mande proveer para las dichas galeras'.

Felipe II había otorgado previamente al Concejo de Iznatoraf unas ordenanzas para la guarda y conservación de sus montes, que costaron al municipio 500 ducados. Iznatoraf, que atesora también uno de los Fueros más importantes de cuantos concedió el rey Fernando III, guarda los dos documentos sobre Cervantes como tesoros de su valioso archivo histórico.