No a la impunidad

Unas son de cal, otras son de arena. En medio de la tragedia que aflige al sur del Perú, la noticia de la captura del ex asesor Vladimiro Montesinos, el más grande corruptor de la historia, es altamente positiva para la nación.

(...) Pero, cerrado este capítulo, se inicia otro igualmente crucial que no admite dilaciones ni vacilaciones: procesar a Montesinos, en un juicio que debe ser público, y aplicarle la máxima condena que merecen sus graves delitos. (...) ¿Cómo medir y sancionar el grado de cinismo, de sinvergüencería y de rapacia de esta gavilla delictiva, que destruyó las instituciones democráticas, conculcó las libertades fundamentales y pisoteó todo principio ético?

Los peruanos no podemos olvidar que el régimen de cooptación que promovió Montesinos -con el visto bueno o la vista gorda del ingeniero Fujimori- trastrocó totalmente el sentido de la política y asaltó casi todas las instancias del poder estatal. (...)

La destrucción del Perú que este régimen putrefacto propició no puede quedar sin castigo. El proceso de reconstrucción democrática exige conocer -en toda su crudeza- lo que pasó en la última década en las más altas esferas del Gobierno, pero también castigar con todo el peso de la ley a estos delincuentes de cuello y corbata.

No se puede reconstruir el país sobre bases de impunidad y medias verdades. (...) Este proceso debe ser ejemplar para evitar que en el futuro se repitan esquemas tan despreciables de abuso de poder como los del régimen fujimontesinista.

Lima, 25 de junio