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GREC 2001

El Malic presenta una obra de David Mamet sobre el oficio de actor

'Una vida al teatre' se estrena mañana

Quim Lecina y Marc Rodríguez son los protagonistas de este espectáculo. Encarnan a un actor veterano y a un joven recién incorporado a la profesión que, a causa de la diferencia generacional, tienen dos formas distintas de entender su trabajo. El mayor, curtido en escena, ha apaciguado ya los aires revolucionarios, ha abandonado las utopías en las que su compañero todavía cree. En días de plena celebración de los 25 años del primer Grec, Lecina destacaba ayer que él estuvo en el programa de la edición inaugural, mientras que Rodríguez acababa de nacer; un claro paralelismo entre los personajes que ambos interpretan. En la obra aparece también un regidor, encarnado por Quim Martínez, que facilita los rápidos cambios que se suceden en la obra.

'Son 26 escenas, y algunas se resuelven con tan sólo cinco réplicas. Es la grandeza de Mamet, que con muy pocas palabras es capaz de sugerir una situación', explica Duran. El director defiende que, pese a estar muy centrada en los entresijos de la profesión de actor, Una vida al teatre es completamente generalizable: 'Todo el mundo la puede traspasar a su profesión. Podrían ser banqueros, que seguro que si son apasionados se pasan el día hablando de dinero, de intereses y de inflación'.

Pero más allá de sus conversaciones sobre el teatro, y ahí radica también el carácter universal de sus diálogos, los dos protagonistas expresan sentimientos comunes a toda la humanidad. 'Hablan de la necesidad de amar, de no sentirnos solos', explica el director. Y lo hacen, eso sí, a partir de un núcleo familiar muy peculiar, que es el que conforman las gentes de teatro cuando comparten un proyecto. 'Las familias teatrales son extrañas porque duran lo que dura un espectáculo', indica Duran.

Con Una vida al teatre, Duran regresa al Malic, una de las salas alternativas en las que se inició en la dirección. Y lo hace como un paréntesis, entre dos proyectos para el Teatre Nacional de Catalunya. 'Trabajar en una sala alternativa es siempre difícil porque hay presupuestos muy bajos y tienes que guiarte por el bueno, bonito y barato', señala el director. Pese a ello, Duran no ha dudado, una vez más, en alterar la distribución del Malic hasta conseguir que, 'pese a ser tan pequeña', haya tres puntos de vista del espectáculo. 'Unos verán detalles que a los otros se les escaparán', dice.

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