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MANIOBRAS FINANCIERAS

Roldán conserva la mayor parte del patrimonio obtenido mediante sus delitos

El Estado apenas recuperará 220 millones de los 3.136 que debe el ex jefe de la Guardia Civil

La coqueta villa Marie Blanche (María Blanca), en la isla de San Bartolomé, una roca de 25 kilómetros cuadrados situada en las Antillas francesas, en el corazón del Caribe, se llama ahora Villa Majagua, pero sus propietarios continúan siendo los mismos: el matrimonio formado por Luis Roldán Ibáñez, de 57 años, y María Blanca Rodríguez-Porto, de 43. Él purga su pena en la prisión de Brieva (Ávila), el próximo mes de febrero cumplirá siete años; ella salió de la cárcel hace un año y aguarda el encuentro con su esposo en unos cuatro años.

El caprichoso refugio caribeño de los Roldán en el barrio de Marigot, tres habitaciones, salón, tres baños, piscina y jardín desde el que se observan las casas de verano de los Rockefeller y Rothschild, ha escapado a las garras de la justicia española y no figura en la escueta lista de cuatro propiedades, un piso y tres chalés que la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Madrid, la misma que los condenó, subastará en la ejecución de bienes para recuperar la millonaria deuda que tienen con el Estado.

Mediante una venta ficticia conserva su piso en París y un chalé en el Caribe que valen 405 millones
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Pérdidas y ganancias

La justicia ha perdido en el procedimiento civil una larga y complicada partida contra un hábil equipo de testaferros sin escrúpulos dirigido por Francisco Paesa, que simuló su muerte mediante una esquela en EL PAÍS. Los mismos que blindaron en un banco de Singapur el botín de 1.700 millones que el ex director general de la Guardia Civil ocultaba en 1993 en un banco suizo.

Paesa y su colaborador suizo Roland Costacurta dibujaron para los Roldán la Operación Esmeraldas, una rocambolesca y burda representación de compraventa ficticia que siete años después ha librado del embargo a la villa Marie Blanche y a un señorial piso en París, de 255 metros cuadrados, en el número 3-5 de la calle del General Detrié, junto a los Campos de Marte y la Torre Eiffel, en el distrito número siete, una de las zonas más caras de la capital francesa. El 'pequeño apartamento' del que habló Roldán durante el juicio.

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Las dos joyas inmobiliarias del reo, cuyo valor asciende a unos 405 millones, no saldrán a subasta porque el testimonio de Roland Costacurta, el testaferro que protagonizó el engaño, llegó a España de la mano del juez suizo Paul Perraudin 'demasiado tarde'. El juicio ya estaba señalado y no se podían solicitar nuevas pruebas, según reconocen ahora fuentes de la Fiscalía Anticorrupción.

Costacurta, de 60 años, un gerente de fortunas, describió ante Perraudin cómo los Roldán se vendieron a sí mismos estas propiedades para evitar su embargo y reprodujo las charlas que mantuvo en Ginebra con el matrimonio, en enero de 1994, poco después de que se desvelara su colección de pisos: 'Ese tipo tenía problemas. Ese tipo buscaba soluciones a cualquier precio... No quería aparecer como propietario de sus dos inmuebles en París y San Bartolomé. Me propuso que a través de la sociedad Omerdale comprase las dos casas. Que me convirtiera en comprador fiduciario. Tenía que constituir dos sociedades que comprarían, a efectos legales, las viviendas'.

El testaferro constituyó las sociedades Emeraude Verte (Esmeralda Verde) y Emeraude Bleu (Esmeralda Azul). La sede social de ambas fue la notaría de Annemasse, un tranquilo pueblo francés próximo a Suiza donde el 14 de abril de 1994, semanas antes de su fuga, los Roldán escenificaron la parodia legal ante el fedatario público Eric Moyne Picard.

Roldán transfirió los 9.200.000 francos franceses de la operación (unos 230 millones de pesetas) desde la sociedad Omerdale Corporation a Komeco, SA, una sociedad de Costacurta y ésta a las esmeraldas, que se convirtieron en dueñas de ambas propiedades. Cuando la justicia reclamó las propiedades, ya era tarde. Figuraban a nombre de las esmeraldas. Costacurta cobró 30 millones por sus servicios.

La ejecutoria de Roldán y de los otros condenados supera los tres tomos. 'Hemos tenido enormes dificultades por la cantidad de trucos, trabas y resquicios legales empleados para salvar su patrimonio', señalan fuentes judiciales. El pasado viernes esa Audiencia fue el escenario de la primera subasta de una de las cuatro casas embargadas a Roldán, el piso de sus padres en Zaragoza. La cantidad que se espera recaudar por todas ellas no superará los 122 millones, una restitución insignificante si se compara con los 3.136 que debe entre indemnizaciones y multas. Otros 90 millones confiscados en Suiza están todavía en el aire porque la Audiencia necesita acreditar que son de Roldán.

El chalé de Roldán en San Bartolomé (Caribe).
El chalé de Roldán en San Bartolomé (Caribe).PATRICK BRIDELANCE / NACHO CASTELLANO

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