Jack Cardiff afirma que Marilyn fue 'el ser más adorable del cine'

Tiene aspecto de abuelito que cuenta sus batallas juveniles. Pero lo cierto es que la vida de Jack Cardiff ha transcurrido bajo los focos. Hijo único de un matrimonio inglés de artistas de music hall, vivió 'una infancia muy extraña'. Sus padres recorrían el Reino Unido con un espectáculo de variedades, 'de manera que cada semana estábamos en un sitio y no teníamos hogar'. Metido de lleno en el mundo del espectáculo, no parece extraño que su vocación se encaminara hacia el cine.

Se hizo director de fotografía debido a su gran afición al arte, 'por las grandes similitudes que hay entre una pintura y el cuadro de una fotografía, no porque tuviera una formación técnica'. Y consiguió ser uno de los mejores en su profesión. Trabajó, entre otros, con Michael Powell, en Las zapatillas rojas; con Alfred Hitchcock, en Atormentada, y con King Vidor, en Guerra y paz. Eran los tiempos en que 'las estrellas no mandaban en la industria de Hollywood, como ocurre ahora'. En los que, como durante el accidentado rodaje de La reina de África, todo se podía fraguar en una noche de borrachera: 'El guión de esa película era muy serio y a mí me preocupaba que todo el equipo se pasara las noches bebiendo pues pensé que eso la arruinaría. Estaba muy equivocado, porque la película, en clave de comedia, tuvo un gran éxito'.

Enamorado de España, 'un país que visito con frecuencia', fue testigo directo de las aventuras de Ava Gardner en nuestro país durante el rodaje de La condesa descalza, pero de todas las divas del celuloide que ha conocido se queda, sin dudarlo, 'con Marilyn Monroe', que 'era un ser adorable, que despertaba mucha ternura y hacía que siempre sintieras una especie de compasión por ella que te llevara a ayudarla'. Gran amigo de la malograda actriz, Cardiff piensa que, como se afirma en un libro recientemente publicado en Estados Unidos, 'Marilyn no se suicidó, sino que fue asesinada'.