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Reportaje:

Aves nadadoras en Pez Volador

Nacen 12 crías de ánade en la piscina del Club Natación Canoe, en pleno barrio de la Estrella

La piscina del Club Natación Canoe, en el barrio de la Estrella, ha recibido una sorprendente visita en sus instalaciones de la calle del Pez Volador: 12 aves nadadoras nacidas allí hace tres días. Se trata de una pollada de ánades reales incubada por una hembra y dos patos machos que la custodian. No se recuerdan precedentes de un hecho similar en la capital.

'Desde mi casa de la calle del Pez Volador, donde trabajo', cuenta el ilustrador José Luis Cabañas, de 54 años, 'miré hacia la piscina infantil del Canoe y los descubrí: piaban y seguían a su madre nadando plácidamente por el ángulo de la piscina', comenta con una sonrisa. 'Son 12 polluelos, muy pequeñitos, pero saben nadar todos ellos', relata Lucía Canosa, de 13 años, que ayer acudió a bañarse a la piscina. 'Tienen el lomo marrón y pintitas amarillas', comenta Lucía. 'Ahora se han metido por entre una enredadera que separa la piscina de las casas de al lado y ya no les oímos'. Otra niña en bañador comenta con cierta zozobra: 'Tengo miedo de que los gatos que viven en el callejón se los coman'.

'Creo que las hembras desarrollan un comportamiento muy fiero cuando ven a sus crías en peligro', señala Luis Bachiller, también vecino de Pez Volador. Él tuvo noticia por su mujer de que los patitos habían nacido. 'Inmediatamente, llamé a la Policía Municipal, que, al parecer, tiene un servicio de protección ecológica: temía que los gatos realizaran con ellos una verdadera escabechina; pero la policía no ha venido aún', decía a medio día de ayer.

'Desde hace dos años, sabía que sobrevolaba la zona una pareja de ánades, pero nunca pensé que llegara a establecerse de manera permanente y, mucho menos, que consiguiera reproducirse aquí', cuenta el doctor Francisco Marín, de 43 años, vecino de la misma calle. Amante de la naturaleza, Marín cogió su cámara y fotografió a los recién nacidos. 'Aunque no soy biólogo', subraya, 'no creo que el agua de la piscina les dañe, porque la cloración elimina bacterias nocivas del agua'.

Las ánades suelen vivir en marismas, islas y zonas húmedas, donde extraen su alimento. En este caso, durante el invierno, cuando la piscina está sin vaciar al completo, las ánades se alimentan en su gran masa de agua. Sus polladas varían de entre 9 y 13 crías.

El nacimiento de los patos en una piscina parece mostrar que las condiciones medioambientales en algunas zonas de Madrid han cambiado. Otro indicio, según Ecologistas en Acción, es que, por primera vez en el perímetro de Madrid, una cigüeña acaba de conseguir reproducirse sobre un roble en la huerta del vivero municipal, cerca del paseo del Marqués de Monistrol. 'Es insólito', señala Juan García, portavoz de la organización.

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Los patos nadaban a primeras horas de la mañana de ayer en la piscina del Canoe.
Los patos nadaban a primeras horas de la mañana de ayer en la piscina del Canoe.FRANCISCO MARÍN

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