Pueblos de Almería emprenden una carrera para atraer el turismo de élite vinculado a la práctica del golf
La práctica del golf es rentable, sobre todo para los municipios en los que este deporte elige establecer sus instalaciones. La proliferación de campos del golf en un litoral no explotado en exceso, como el almeriense, galopa a un ritmo desenfrenado. Por ejemplo, ayer fue inaugurado de manera oficial el Campo Indiana, de la empresa Desert Spirngs, el primer campo de golf tipo desértico que se abre en Europa, en Cuevas del Almanzora (Almería). Sin embargo otros dos más, uno en el municipio colindante de Vera y otro en la capital, apadrinado por los Juegos Mediterráneos de 2005, están en camino. La provincia contará en dos años con siete alternativas diferentes para practicar un swing.
Las operaciones de compra y construcción de campos para este deporte de élite no resulta aleatoria a tenor de las palabras del gerente del Patronato de Turismo, Carmelo Torres: 'Para atraer al practicante de golf como turista es indispensable ofrecer un parque mínimo de cinco campos de golf. Si no, ni se plantea venir al lugar', advirtió. Almería, en dos años, contará con siete. Ni siquiera el alcalde de Vera, el andalucista Félix López, presente en la inauguración del nuevo complejo deportivo, veía un enemigo competidor en los terrenos que pisaba. 'El sentido de todo esto es que el levante de Almería se convierta en destino deportivo gracias al golf. Por eso este no es competencia al que tendrá Vera en un año sino riqueza añadida', explicaba. No piensan de igual modo los ecologistas, que aprecian de entrada dos problemas: la pérdida de identidad del paisaje y la sustitución de aguas residuales cuando no haya población. 'A niveles económicos el golf es bastante rentable para las empresas que hacen el proyecto pero también hay intereses especulativos con urbanizaciones al lado', objetó el presidente del Grupo Ecologista Mediterráneo, José Rivera.
El campo inaugurado ayer en Cuevas del Almanzora cuenta con 18 hoyos y una superficie de más de 200 hectáreas donde está previsto construir 1.800 viviendas, un hotel de lujo, una academia y un segundo campo de golf de otros 18 hoyos. Ni una sola gota de agua se tomará del pantano de Cuevas, que está bajo mínimos, ya que el campo cuenta con una concesión de aguas residuales de la Confederación Hidrográfica del Sur procedente de la EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales), suficiente para las necesidades de riego del campo de golf.
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