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PROBLEMAS DE LA OCUPACIÓN FEMENINA

Las mujeres queremos empleo, trabajo nos sobra

Como dice un lema feminista 'las mujeres queremos empleo, trabajo nos sobra', porque no es lo mismo hablar de empleo que hablar de trabajo. Guisar, limpiar, planchar, cuidar a los hijos, cuidar a la familia son trabajos por los que las mujeres no cobramos, sin embargo son tan necesarios o más que muchos por los que se recibe una remuneración o un beneficio económico. Según algunos estudios, las mujeres realizamos el 80% del trabajo no pagado y el 30% del pagado, pero si queremos tener autonomía y libertad, necesitamos independencia económica, necesitamos empleo.

No esta resultando fácil conseguir una incorporación igualitaria de las mujeres al mercado laboral. Hasta ahora, una de las explicaciones que se daba para justificar las desigualdades en el empleo, era la menor formación de las mujeres, sin embargo esta argumentación ya no es creíble, en poco mas de una década, solo en Andalucía, el porcentaje de universitarias ha aumentado un 80%, y las que tienen estudios medios y superiores, dentro de la población activa, están nueve puntos por encima de los hombres. Las mujeres están haciendo un esfuerzo por mejorar su formación que no se corresponde con una mejora en sus condiciones laborales.

Aunque se han producido avances importantes, como el aumento de la población activa femenina, tanto en España, donde ha pasado de un 28% en 1977 a un 39% en el 2000 (un aumento de 11 puntos), como en Andalucía, donde el aumento ha sido de 16 puntos (del 20% al 36%) o el incremento en la población ocupada, cerca de dos millones de mujeres han obtenido un contrato de trabajo, aún existen aspectos negativos que demuestran graves problemas de integración y de discriminación. Es importante recordar que la tasa de paro femenino duplica la masculina, se ha pasado del 5% en 1977 al 20% en 2000, y también duplica la media Comunitaria. España sigue ostentando, según la propia Unión Europea, el triste récord de tener la tasa de desempleo femenino más alta de Europa, y es el país, a pesar del aumento experimentado, con menos población activa femenina (si en España tuviéramos la misma tasa de población activa que en el resto de Europa, el paro superaría los 4 millones de personas).

Al grave problema del desempleo femenino tenemos que unir, en primer lugar, un aumento preocupante del empleo temporal que hace disminuir la protección social, según ha denunciado el Consejo Económico y Social, en segundo lugar, una fuerte segregación laboral, que es fuente de desigualdades, ya que el valor asociado a los empleos y su nivel de remuneración varían según se trate de actividades masculinas o femeninas; la mayor parte de las profesiones donde dominan las mujeres, se caracterizan por condiciones de empleo poco satisfactorias, con salarios inferiores casi en un 30%, y en tercer lugar, un alto porcentaje de empleo sumergido, donde se encuentran entre otras las empleadas de hogar; sin olvidarnos del acoso sexual, que afecta mayoritariamente a mujeres.

Además vemos que las responsabilidades familiares las seguimos asumiendo casi exclusivamente las mujeres, ya que la participación masculina aunque va creciendo es todavía muy minoritaria, y que las infraestructuras de servicios de atención a la familia siguen siendo escasas, nos encontramos, por tanto, que las posibilidades que se les plantean a las mujeres, para resolver esta situación, pasan por pagar los servicios de atención y cuidados a la familia, las que tienen dinero para hacerlo, asumir una sobrecarga de trabajo, las mujeres llegan a trabajar entre 30 y 40 horas más a la semana, renunciar a tener hijos, o bien renunciar a participar en el mercado laboral.

La Ley de conciliación entre la vida familiar y laboral pretendía, según la propaganda del Gobierno, corregir esta situación, pero mucho nos tememos que los efectos están siendo justo los contrarios. De los 192.614 permisos para el cuidado de hijos solicitados en el 2000, tan sólo el 0´98% fueron solicitados por hombres; no disponemos de datos sobre permisos para el cuidado de familiares, esto es, para el cuidado de padres, madres, suegras, suegros, hermanos, hermanas, tíos, primos, etcétera, pero sin duda el porcentaje de solicitudes masculinas será mucho menor. Es necesario que existan permisos para los cuidados familiares, pero si este derecho está reservado a las mujeres o éstas son las únicas que los utilizan, se convierten en una trampa, ya que los empresarios prefieren no contratar mujeres.

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La Unión Europea ha reconocido la gravedad del problema a través de una resolución de junio de 2.000, por la que ha solicitado a los países miembros que legislen permisos de titularidad exclusiva para los hombres. En España, por ahora, no es así. La caída de la maternidad tiene mucho que ver con todo esto, no es casualidad que la tasa de natalidad española sea la mas baja de Europa, no se están tomando las medidas necesarias. Lo comprobamos cuando analizamos los planes de empleo que cuentan con una inversión importante y que es el instrumento estratégico donde confluyen todas las políticas de apoyo al empleo. Pues bien, el presupuesto para el cuarto pilar, que es el dedicado a la igualdad de oportunidades, no llega al 1%. La propia Unión Europea, en un análisis sobre los Planes de Empleo, llega a afirmar: 'resulta decepcionante que los países con mayores diferencias entre los sexos con respecto al empleo y las tasas mas bajas de empleo femenino (España y Grecia) solo hayan aplicado acciones limitadas para mejorar la situación y no propongan ninguna iniciativa general para solucionar este problema'.

A pesar de que desde 1994 vivimos en España, como en el resto de Europa, un ciclo favorable de la economía, estas mejoras económicas no han ido acompañadas de unas mejoras equivalentes en las condiciones de trabajo de las mujeres, está claro que el Gobierno no ha aprovechado este crecimiento para mejorar esta situación, sino que incluso después de la últimas reformas se ha incorporado una medida discriminatoria más, ahora el despido femenino es mas barato, la explicación es que así se realizaran más contratos a mujeres, con esa lógica lo mismo podían haber dicho que cobráramos la mitad, y mas grave todavía, lo ocurrido en Granada, según una reciente y ejemplar sentencia de la magistrada Inmaculada Montalbán, el propio INEM se dedica a discriminar a las mujeres eliminándolas de las listas de demandantes de empleo cuando dan a luz. Las posibles soluciones del empleo femenino deben tener como objetivo el eliminar las discriminaciones, nunca fomentarla y mucho menos desde los propios organismos públicos a través de prácticas discriminatorias, como es el caso.

Carmen Olmedo Checa es diputada socialista por Málaga.

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