Francia reconoce al padre dos semanas de permiso pagado
La medida es compatible con la licencia maternal
Si no con el pan bajo el brazo, los hijos vendrán al mundo en Francia con unas vacaciones pagadas de dos semanas para sus padres, desde luego compatibles con las 16 semanas a que tienen derecho las madres con los dos primeros hijos, que, por cierto, se elevan a 26 a partir del tercer retoño. El permiso de paternidad, aplicable previsiblemente desde enero próximo, fue anunciado ayer por el primer ministro, Lionel Jospin, que no tendrá dificultades para conseguir la aprobación parlamentaria.
Técnicamente se trata de incrementar en siete días laborables los tres de permiso atribuidos hasta ahora a los padres en Francia. Se trata de las tres mismas jornadas que tienen reconocidas los padres españoles, italianos, alemanes o británicos para disfrutar del nuevo hijo y ayudarle a instalarse entre los seres vivos. Francia se sitúa así al mismo nivel que Dinamarca en esta materia, aunque ambos países quedarán todavía por debajo de Finlandia, donde se reconocen permisos de 18 días, y sobre todo de Suecia, que extiende hasta 40 días el derecho a las vacaciones por paternidad.
En realidad, la ministra francesa de la Familia, Ségolène Royal, había batallado en el seno del Gobierno para que se adoptase un permiso paterno de un mes. Pero la resistencia del Ministerio de Economía, temeroso del impacto de esa medida sobre la Seguridad Social, ha aconsejado al primer ministro dejarlo en dos semanas, si bien la ministra hace sus cuentas: si al permiso paterno oficial se le añaden los días libres provocados por la reducción progresiva de la jornada a 35 horas semanales, en la práctica un padre verdaderamente interesado en cambiar pañales y administrar biberones podría disponer hasta de un mes para hacerlo a tiempo completo, siempre que encuentre suficiente comprensión en su empresa.
Negativa de la patronal
El primer gesto que se ha torcido es el del Medef, que es la principal organización patronal. Su vicepresidente, Denis Kessler, explica que los trabajadores franceses ya disponen de siete semanas de vacaciones anuales, contando con las reducciones de jornada impuestas por la implantación de las 35 horas, 'de modo que habría sido conveniente utilizar dos de esas siete semanas para los hijos', en vez de 'comprometer 1.000 millones de francos anuales (25.000 millones de pesetas) en esta operación'.
Se calcula que la Seguridad Social tendrá que financiar una suma de esa importancia para costear el primer año de permisos paternos por nacimiento de un nuevo hijo. La Seguridad Social pagará los salarios de los padres trabajadores, en el bien entendido de que financiará un máximo de 375.000 pesetas de sueldo bruto por mes (algo menos de 300.000 netas). Con esta medida no se conseguirá acabar con la especialización de papeles en el seno de las parejas. Pero el 73% de los franceses juzga excelente la noticia. Los hombres la aprueban en un 69% y las mujeres parecen aún más contentas: el 76% a favor del permiso paterno, según los datos de un sondeo realizado por encargo del Ministerio de la Familia.
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