El símbolo deprimido
El portero Ceballos vive su día más triste con el descenso del Racing
¿Cómo iba a estar ayer, un día después del descenso, el bueno de José María Ceballos Vega (Pámanes, Cantabria, 1969), el emblemático portero que ha disputado más de 400 partidos en el equipo de su tierra?
El Racing empieza en Ceballos desde la temporada 1989-90. En todas las alineaciones, su nombre se repite una y mil veces. No se concibe un Racing que no enmpiece por la palabra Ceballos. Por eso, el jugador más identificado sentimentalmente con el racinguismo era al término del partido con el Málaga la viva imagen de la desolación.
A nadie le dolieron más los goles de Musampa y Rufete. Con ellos se consumaba el descenso matemático. Después de ocho temporadas consecutivas en Primera, el Racing regresaba a Segunda. 'Esta vez nos ha tocado sufrir la parte triste del fútbol, ¿qué le vamos a hacer?', dijo. Sin embargo, no es la resignación la virtud que mejor defi
ne al meta cántabro. Ceballos, el futbolista que más veces ha vestido la camiseta del Racing en Primera, nada menos que 273, se quedó al término del partido como ensimismado. Profundamente afectado por la derrota, se refugió en sus pensamientos, tiró con rabia su jersey sobre el asiento del autobús y viajó en completo silencio desde Málaga al aeropuerto. Por su cabeza irían pasando las imágenes de una temporada aciaga. Demasiadas derrotas, 19, pocas victorias, nueve, los mismos empates y ni un triunfo siquiera lejos de El Sardinero. Nadie, ni con el concurso de tres entrenadores, Goiko, Manzano y Benítez, logró enderezar el rumbo de la nave. Con un bagaje tan pobre es difícil no precipitarse en el abismo. Con un balance de resultados tan negativo, no debe de extrañar a nadie que no hubiera ayer un sólo aficionado en el aeropuerto de Parayas esperando la llegada de los héroes del domingo. Recibidos por la indiferencia, tristes, cabizbajos, los jugadores del Racing no hacía falta que hablaran. Su imagen lo decía todo, para expresar su auténtico estado de ánimo. De completo abatimiento moral. 'Hoy es un día realmente triste para Cantabria', manifestó el canterano Gonzalo Colsa.
Ayer se dejó ver la cara de la frustración expresada en varias pintadas en El Sardinero: 'No se puede jugar con los sentimientos'; 'Hay que sudar la camiseta'; 'Plantilla de segunda, afición de Primera'. ¿Como no le va a doler todo esto a Ceballos? '¿Como no va a estar destrozado, teniendo en cuenta 'su forma de ser?', se preguntaba ayer su joven esposa, 'y lo que representa para él el equipo de sus sueños'. Ceballos ha defendido la meta racinguista en todas las categorías. En 2ª, en 2º B y en Primera. Sabe más que nadie en la casa de ascensos y de descensos, de alegrías y de penas. En la temporada 92-93 vivió el ascenso del Racing a Primera, después de eliminar en el play off al Espanyol . Un gol de Michel Pineda en Sarriá y la gran actuación del portero cántabro devolvieron al conjunto a la máxima categoría del fútbol español.
Los niños y los mayores de la afición de Santander le agradecen la fidelidad. Gritan en cada partido el nombre de Ceballos. Y el portero tiene sus manías. Sobresale su perfil supersticioso. Si va ganando el Racing, juega todo el partido con el mismo jersey. Pero si va perdiendo, cambia de atuendo. No lo puede remediar. Otra de sus tendencias,trazar con la puntera de la bota una línea perpendicultar al centro de la portería, le emparenta con el mítico guardameta lusitano Aníbal, inmortalizado por el escritor Antonio Lobo Antunes.
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