'Si los GAL dieron oxígeno a ETA, el indulto a Galindo sería algo terrible'
Si alguien le hubiera dicho a Paddy Woodworth (County Wicklow, 1951) periodista irlandés de The Irish Times, hace 25 años, cuando visitó Euskadi por primera vez y compartió piso con el entonces militante izquierdista, Julián Sancristóbal, que la situación vasca iba a estar tan emponzoñada, no le habría creído. 'Siempre pensé que el conflicto vasco se solucionaría mucho antes que el Irlandés', dice tras acudir a un seminario de la Fundación Sabino Arana sobre Diálogo y resolución de conflictos. Pocas semanas antes del 13-M, Woodworth había presentado en Dublín su libro Guerra sucia, manos limpias, una disección profunda, aunque escrita en tono de thriller político, de los crímenes de Estado contra el mundo de ETA durante el primer gobierno de Felipe González.
'Veo buena voluntad en los líderes políticos vascos tras las elecciones de mayo, pero no les veo preparados aún para salir de sus trincheras'
Pregunta. La idea de este libro surgió en 1995 mientras escuchaba en un taxi en Barcelona el hallazgo en una fosa de Alicante los resto de Lasa y Zabala.
Respuesta. En las elecciones autonómicas de 1984 realice una entrevista al entonces senador, Enrique Casas, asesinado por los Comandos Autónomos días después. Entonces ya pensé en escribir algo sobre todo esto, pero entonces no se sabía lo que eran los GAL. Con la identificación de los cadáveres de Lasa y Zabala envié una crónica para mi periódico y la historia en sí de ese doble asesinato era casi novelesca, un drama de ficción. Al estar dedicado a aspectos culturales de mi país me desconecté de lo que pasaba en España. Pero al poco tiempo me di cuenta de que Sancristóbal estaba en prisión por el secuestro de Segundo Marey. Ahí empezó todo.
P. ¿Que fue peor para el PSOE, crear los GAL o no admitirlo políticamente, después?
R. Crear y mantener los GAL ya fue un pecado bastante grande. Pero lo peor fue no responsabilizarse políticamente de eso, decir que fue un error y pedir perdón. Pero escogieron justo otro camino.
P. Justo el contrario, el de acompañar a los condenados a la cárcel de Guadalajara, etc
R. Situaciones como lo de la entrada en la cárcel de Guadalajara de Rafael Vera y José Barrionuevo acompañados de la plana mayor del PSOE han sido realmente feas. Todo esto, junto a las trabas puestas durante las investigaciones a los periodistas y a los jueces, ha envenenado como digo en el libro toda la vida política. Incluso hasta llegar a la conspiración, del círculo de Mario Conde y de la cúpula del PP, para echar a González.
P. ¿Diría usted que ETA sin los GAL podría ser ya historia?
R. Hombre, yo no digo que ETA no habría sobrevivido sin los GAL, pero les dieron un oxígeno fundamental, sobre todo a su base social. La guerra sucia era el grado de justificación que buscaba el mundo de ETA para seguir. Lo peor para ETA es que el Estado de derecho funcione,que no haya torturas, etc. Thatcher decía que la publicidad en los medios era el oxígeno del terrorismo. Yo creo que el oxígeno más importante para ETA es la represión fuera de la ley. El hecho de que estas tramas se hayan podido investigar juzgar y condenar, en parte, ya es un gran logro del Estado de Derecho.
P. ¿Y cómo puede interpretar ese mundo las excarcelaciones de los condenados por el caso Marey o el posible indulto al general Enrique Rodríguez Galindo?
R. Si los GAL fueron el oxígeno que necesitaba ETA, lo ocurrido con los condenados por el secuestro de Marey fue una equivocación. Pero el indulto de Galindo, Elgorriaga, etc, en prisión no por un secuestro, sino por dos asesinatos consumados, sería algo terrible. Creo que hay que seguir investigando a los GAL. Ahí está el caso Brouard, el asesinato de García Goena.
P. Mientras todo eso se produce, parece que hay un empecinamiento en mezclar en Euskadi el problema político, con la violencia, con el problema de un movimiento totalitario como ETA.
R. Muchos soberanistas vascos tienen claro que la violencia sólo estorba para avanzar hacia sus objetivos. Lo cierto es que las últimas declaraciones de ETA -que son un jarro de agua fría para todos, incluido para su gente- dan pie a pensar en ETA como una organización totalitaria. El mensaje que emplea ETA no lo ha empleado el IRA, sí tal vez grupos más radicales como la INLA. ETA no ha aprendido a negociar. Y no quiere acuerdos porque no quiere ceder.
P. ¿Cómo salir del atolladero?
R. A veces la ambigüedad puede servir, como en el Acuerdo de Viernes Santo, para hacer un acuerdo entre las partes enfrentadas. Pero también tiene sus problemas, como ahora se ve con el asunto del desarme en Irlanda del Norte.
P. Incluso usted ha llegado a advertir al PNV de que la ambigüedad le puede reportar votos o poder, pero no ayudará para la solución final.
R. La ambigüedad del PNV es un gran problema, pero también lo es la pared de incomprensión que existe en el mundo constitucionalista hacia el nacionalismo vasco. Hay emociones profundas en ambas partes. Lo importante no es utilizar la historia para justificar cada uno su posición, sino ver dónde estamos ahora y dónde queremos ir.
P. ¿Aprecia un cambio en los partidos tras el 13-M?
R. Espero que sí, pero creo que no. Veo buena voluntad, pero no veo a los políticos vascos preparados para salir de sus trincheras.
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