Felicitación
Recientemente sufrí un infarto de miocardio, y, aunque estoy asociado a la medicina privada, tuve la suerte de que una de mis hijas llamó por teléfono al 061 al notar los primeros síntomas y, antes de que se me disolviera en la boca la pastilla de cafitrinina se presentaron en mi casa, me hicieron un electrocardiograma, me tranquilizaron y en breves minutos me dejaron en urgencias del Gregorio Marañón. Mis felicitaciones a todo el personal de la UVI móvil, pues demostraron su preparación y humanidad. En la UCI del hospital, otro grupo de excelentes médicos, enfermeras, auxiliares y demás personal médico cuidaron de mí y de otros muchos enfermos con una sensibilidad y exquisitez que no puedo olvidar.
Y, para terminar, la unidad coronaria del Gregorio Marañón merece toda clase de elogios y consideraciones, tanto mías como de las personas que conmigo firman la presente carta, pues hay un equipo de doctores, cirujanos, enfermeras, auxiliares y tanto especialista médico que nos atendió durante nuestro internamiento, que difícilmente olvidaremos por el trato excelente que nos dieron, además de su dedicación, profesionalidad, cariño y cuantos adjetivos ustedes puedan imaginar.
En estos tiempos en que desgraciadamente todo son críticas negativas y demandas judiciales, pues muchos profesionales liberales contratan importantes pólizas de seguros para cubrirse ante reclamaciones, justo es que un grupo de personas salgamos en defensa de unos profesionales excelentes que tanta fama están dando a un gran hospital.
