Ludotecas en cada barrio
1.100 establecimientos privados han pasado de ser centros de recreo a guarderías sin regular
La historia de las guarderías en la Comunidad Valenciana se remonta a hace más de un siglo, cuando la industria agrupaba fábricas de tejidos, juguetes, materiales de construcción, zapatos y manufacturas agrícolas por comarcas, como L'Alcoià, y El Comptat, pasando por la Foia de Castalla hasta los Valles del Vinalopó y terminando en Elche, donde las mujeres desempeñaban y desempeñan un papel productivo importante. De ahí surgió la necesidad de crear las guarderías. Un instrumento social para atender a los niños menores de 3 años que es insuficiente para garantizar la demanda existente en la actualidad.
Pese a no disponer de datos oficiales, la federación de enseñanza de CC OO asegura que en la Comunidad Valenciana 'existen 1.100 ludotecas, totalmente privadas y sin regular'. El resto, según un detallado estudio realizado por el sindicato, se reduce a 32 centros públicos de la Generalitat, dependientes de la Consejería de Educación; 87 centros gestionados por los Ayuntamientos; 36 subvencionados por Bienestar Social y 70 guarderías privadas homologadas y adaptadas a la LOGSE, además de las cinco dependientes de cajas de ahorros y empresas. En total, la Comunidad dispone de 1.330 escuelas y guarderías para menores de 3 años, de las que el 90% está fuera del control de la Administración e inspección educativa. En términos de población, para cubrir las necesidades reales harían falta 2.670 centros infantiles en todo el terriorio valenciano.
Las citadas ludotecas, que en un principio nacieron pensadas para la celebración de un cumpleaños o como recreo en los fines de semana desapacibles, están transformándose parcialmente en guarderías. 'Los establecimientos de este tipo están surgiendo sin parar, hasta el punto de que cada barrio o ciudad y cada pueblo dispone de una', reconoce el informe. Las instalaciones de estos centros, que se pueden abrir con una simple licencia fiscal, -subraya Miguel Ángel Vera, de CC OO- son diferentes unas de otras. Y, como es lógico, su capacidad también. Aunque tienen medios para realizar las tareas de entretenimiento de los más pequeños, pocas están adaptadas para atender pedagógicamente las necesidades que requieren los niños de menos de 3 años.
'La aplicación de la LOGSE tendrá que exigir las condiciones adecuadas en todos los aspectos, puesto que en estos casos es más difícil evitar el cumplimiento de la ley', sostiene Vera, que reconoce la dificultad real, tanto del sindicato como de la Administración, para saber cuántas funcionan como guarderías.
- Escuelas públicas. En la actualidad, la proporción de guarderías en escuelas públicas es muy desigual para atender las grandes poblaciones. En la provincia de Alicante, con 1,5 millones de habitantes, existen 17; en la de Valencia, con 2 millones, sólo hay 9; y en Castellón, con medio millón, funcionan 6. Algunas de éstas empezaron bajo el franquismo y recibieron un fuerte impulso durante la transición democrática, momento en que se pasó de una decena a las 32 actuales. De cualquier forma, para la federación valenciana, '32 son una cifra insignificante para la demanda actual, puesto que si por cada 10.000 habitantes hubiera una escuela infantil, serían necesarias 4.000'.
La mitad de estas escuelas tienen dos o más maestras, siendo la mayor parte funcionarias docentes, hay también dos funcionarias de la Administración Especial y 14 laborales. Las educadoras componen el grueso del personal y su titulación corresponde a la que se exigía en 1985, cuando se abrieron la mayoría de ellas, habiendo accedido a éstas por concurso-oposición. En 1987 estas escuelas fueron transferidas a la Consejería de Educación, que asume el coste del personal contratado para vacantes o sustituciones.
La Administración prohíbe sin embargo que las educadoras, que no son maestras, realicen entrevistas con los padres, redacten informes o menorias y participen de la programación del centro. Todas estas actividades deben de estar dirigidas por personal docente, pero al ser tan escaso (una maestra o dos por centro) es prácticamente imposible. CC OO puntualiza, además, que 'la dirección del centro no siempre la ejercen las maestras, puesto que algunas de estas 32 escuelas cambian de lugar cada año, por lo que la inspección educativa ha optado por nombrar al personal fijo, aún siendo educadoras [con título de jardín de infancia o de FP]'.
Sus instalaciones, creadas para una función benéfico-asistencial, son adecuadas, y algunas disponen de alguna pequeña huerta. El material de uso cotidiano -pinturas, papel o gomets- lo aportan los padres, así como el de cambio y aseo de los niños. La financiación, aunque es pública, se completa dependiendo de la renta familiar de los padres. Las que están en barrios marginales están exentas de pago. Pero en la mayoría, se paga en torno a las 26.000 pesetas al mes por niño, incluyendo enseñanza, comedor y transporte, en algunos casos.
- Escuelas privadas. 70 escuelas infantiles son totalmente privadas y cumplen todos los requisitos que exige la LOGSE, tanto a nivel de titulaciones como de instalaciones. Aunque esta cifra podría variar ya que las aperturas y cierres varian en cuestión de meses. El informe asegura que estos centros homologados disponen de personal docente, técnico en jardín de infancia y de axuliares. Y que el personal administrativo reúne los requisitos para su puesto, aunque docentes y administrativos tienen salarios inferiores a los de las escuelas infantiles públicas. Son escuelas de calidad, con precios altos, entre 32.000 y 45.000 pesetas al mes, para usuarios de clase media alta, y su horario es más amplio que el público desde las 7.30 de la mañana a las 19.30. La participación de los padres se limita a que los niños estén bien atendidos.
- Centros municipales. La mayoría de las 87 escuelas infantiles muncipales están ubicadas en poblaciones de más de 10.000 habitantes, cuya gestión depende íntegramente del Ayuntamiento, aunque disponen de subvenciones de Educación. Su horario es más bien flexible y se adecua a las necesidades de cada municipio, influyendo si las familias que viven del sector agrario o en municipios industriales o de servicios. Este tipo de actividad condiciona la organización, pero no la profesionalidad, ya que la plantilla está compuesta por maestros y educadores con la titulación correspondiente. La ratio profesor/alumno suele estar por debajo y tienen el personal de limpieza y cocina adecuados.
- Religiosos y cooperativas. Existen 36 escuelas infantiles dependientes de congregaciones religiosas, cooperativas, patronatos o fundaciones, que están supervisadas y subvencionadas por Bienestar Social. Este tipo de centros muestra un progresivo cierre (tres en Castellón y una en Valencia en el último año), ya que aún siendo escuelas pioneras, los ayuntamientos han considerado costoso su mantenimiento y no han podido sobrevivir. La contratación del personal, por tanto, suele ser eventual y se requiere de la participación activa del APA a nivel administrativo y de funcionamiento.
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