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Tribuna
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Plural y progresista

Un gobierno plural no es sinónimo de gobierno progresista, aunque pueden darse las dos características a la vez. CiU gobernó en Cataluña de 1980 a 1984, sin contar por ella misma con la mayoría absoluta en el Parlament (PSC, PSUC y ERC sí sumaban mayoría), pero apoyada en una mayoría parlamentaria formada por la UCD de Suárez y la ERC de Heribert Barrera junto con los escaños de CiU. En la siguiente legislatura, ya con mayoría absoluta de CiU, se formó un Gobierno plural de CiU y ERC, aunque la coalición encabezada por Pujol disponía de mayoría absoluta. Y en las dos últimas legislaturas, la quinta y la sexta, CiU ha gobernado en solitario, sin disponer de la mayoría absoluta en el Parlament, pero basándose de facto en la mayoría plural que ha formado con el apoyo del PP.

Es bastante probable que tras las próximas elecciones se dé una mayoría parlamentaria compuesta por todos los partidos de la izquierda: PSC, ERC e IC-V, independientemente de las fórmulas de concurrencia electoral que se lleguen a establecer y de las energías suprapartidistas que se movilicen, como lo que significó en 1999 la fórmula Ciutadans pel Canvi. De hecho, en las elecciones de octubre de 1999, las izquierdas se quedaron a tan sólo un escaño de la mayoría parlamentaria. Unos resultados como los que acabo de describir permitirían la formación de un Gobierno plural y progresista. En este caso se reunirían las dos condiciones.

Contamos con experiencias consolidadas y otras muy recientes de gobiernos plurales y progresistas. Me podría referir al caso del Olivo en Italia, pero me queda mucho más cercano el ejemplo del Ayuntamiento de Barcelona y el de los gobiernos de Aragón y Baleares. La suma de programas, su debate y la acción resultante implican un grado de madurez en la corresponsabilización en las políticas concretas de gobierno. Esto es preferible al constante mercantilismo y cambalache que se practica desde gobiernos minoritarios que buscan permanentemente socios para una mayoría parlamentaria. Esto último lo ha practicado CiU de forma habilidosa, tanto con UCD como con el PSOE o el PP en todo el país y en Cataluña con la última de las fuerzas citadas.

En definitiva, el futuro de un posible Gobierno plural y progresista en Cataluña depende de que se prepare ya desde ahora a través de la articulación de todos los movimientos y expectativas que apuntan hacia un cambio necesario en una etapa de decadencia del pujolismo. Como se demuestra en estos momentos en el Parlament, las tres formaciones políticas de izquierdas pueden aportar, con acentos distintos, programas coincidentes en cuestiones que reclaman un cambio ya, como son la educación, el medio ambiente, los derechos de las personas, la transparencia en la gestión pública y el desarrollo de autogobierno. Un Gobierno plural y progresista no sólo es necesario para un cambio de alternancia, sino también para impulsar un cambio en la política con mayor contenido de participación democrática.

Rafael Ribó es presidente del Grupo Parlamentario de IC-V.

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