El hogar de los obreros cumple años
La Casa del Pueblo del Puente de Vallecas celebra su 70º aniversario con algunos de sus veteranos
Hace setenta años, no todo el mundo tenía un lugar donde reunirse, ni un sitio donde sentirse a gusto, ni unas aulas donde aprender para los que no habían podido ir al colegio de pequeños. En Vallecas, un grupo de militantes del PSOE, de las Juventudes Socialistas y de UGT decidieron poner solución al problema y crearon, en 1931, la Casa del Pueblo del Puente de Vallecas, en la calle Concordia.
Durante meses, día y noche, albañiles, zapateros, sastres y tintoreros sacaron horas para poner ladrillos y arena, levantar vigas, traer muebles propios y preparar las dos plantas del edificio.
Luis Jiménez, con ocho años, acompañaba todos los días a su padre a las obras de la Casa del Pueblo. Hoy tiene 78 años y sigue acudiendo a diario al local. 'Las noches que mi padre trabajaba en las obras tenía que dormir en un saco de cemento', recuerda Luis. Manuel Santamaría, de 83 años, también es uno de los veteranos. 'Todo el mundo traía material propio, comida, dinero; aquí había más de 300 personas implicadas', explica Manuel.
Cuando el edificio estuvo listo, los obreros hicieron todas las cosas a las que antes no habían tenido acceso: acudir a clase, ver obras de teatro y reunirse, después de la larga jornada de trabajo, con otros compañeros para compartir las incidencias del día.
Durante el franquismo, la Casa del Pueblo fue expoliada a los socialistas y se convirtió en sede del sindicato vertical. 'Cortábamos las cadenas que había en la puerta para meternos y luego venía la policía a echarnos', recuerda Juan Barranco, senador del PSOE, que acudió ayer al local junto a Rafael Simancas, portavoz socialista en el Ayuntamiento, y José García Ogalla, secretario general de la Agrupación Socialista de Vallecas.
En 1977, con la democracia, la Casa del Pueblo del Puente de Vallecas fue el primer edificio que recuperaron los socialistas. Ahora, el lugar es la sede del PSOE en Vallecas, de una ONG que atiende a inmigrantes, de una escuela taller, y de todos los vallecanos que necesitan un sitio donde reunirse. En la escuela taller, Julián Ruiz enseña a sus alumnos a hacer, por ejemplo, sillas con restos de pantalón vaquero o frascos elaborados con botellas fundidas para guardar especias.
'Aquí vienen desde jóvenes del barrio a representar sus obras de teatro hasta asociaciones de vecinos a celebrar juntas. También repartimos comida que nos cede la Cruz Roja a todo el que lo necesite', explica el secretario general de los socialistas en Vallecas. Aunque ya han pasado setenta años desde su fundación, la Casa del Pueblo del Puente de Vallecas sigue guardando el espíritu reivindicativo que llevó a cientos de hombres y mujeres a levantar, de la nada, un edificio donde compartir sus vidas.
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