Los radicales ganan terreno a David Trimble en el Ulster
Los polos opuestos en el espectro político norirlandés, los unionistas de Ian Paisley, y los republicanos de Gerry Adams, arrasaron ayer en las elecciones al Parlamento Británico. Con su campaña en contra del acuerdo político de paz, el Partido Democrático Unionista (DUP) añadió tres a sus dos escaños parlamentarios a expensas de los moderados Unionistas del Ulster (UUP), que dirige David Trimble. El propio líder y primer ministro autonómico a punto estuvo de perder Upper Down, circunscripción que incluye Drumcree, sede de la conflictiva marcha orangista, y tan sólo aseguró su presencia en Westminster cuando un segundo recuento le dio una justa mayoría. Agraviado por los abucheos, Trimble pidió a sus rivales directos, el DUP, respeto por la formación que, pese al desastre de anoche, sigue con seis escaños de los diez que cosechó en 1997, en cabeza del mapa político norirlandés.
El Sinn Fein, por su parte, obtuvo una victoria histórica al duplicar, hasta un total de cuatro, los representantes en un parlamento que boicotea hasta la fecha. La formación republicana apoya el proceso de paz y salió anoche visiblemente beneficiada por los años de tregua de su rama militar, el IRA.
La pérdida de terreno de Trimble, tanto a nivel personal como colectivo, aportará munición al ala radical de su propia formación que critica la falta de progreso en el desarme del IRA. Junto a él, el gran perdedor de las elecciones británicas es el SLDP de John Hume, arquitecto del proceso de paz, que tan sólo preservó los dos escaños de 1997.
Escocia y Gales
Los partidos nacionalistas de Escocia y Gales no lograron repetir en los comicios nacionales el éxito de las pimeras elecciones autonómicas, en 1999, que llevó a la formación de gobiernos de coalición en ambas regiones entre laboristas y liberal-demócratas. El partido de Blair preservó los 56 escaños escoceses y los 34 galeses aunque cedió en porcentaje de votos respecto a la convocatoria de 1997. Los liberal demócratas y los nacionalistas Plaid Cymru se alzaron en la segunda fuerza política en Escocia y Gales, respectivamente. La única distorsión se dio en Escocia, con la reaparición de los conservadores tras un exilio de cuatro años. Los tories lograron un escaño, en una circunscripción fronteriza que arrebataron al Partido Nacionalista Escocés (SNP), pero sufrieron la humillación de ver descender el porcentaje de votos del mínimo obtenido en 1997. La derrota fue an ms visible en Gales, donde se repitió la tendencia del 1997 y los conservadores no lograron escaños. Un cambio de rumbo podrá llevar a la "independencia" de los conservadores de Gales y Escocia.
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