Sanidad busca la ayuda del Centro Nacional de Epidemiología para combatir la 'legionella' en Alcoy
Después de mantener congeladas las relaciones oficiales durante 16 meses, la Consejería de Sanidad ha vuelto a entrar en contacto con el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III -una institución dependiente del Ministerio de Sanidad- para combatir el nuevo brote de legionelosis detectado en Alcoy, que ya afecta a cinco personas. El consejero de Sanidad, Serafín Castellano, admitió ayer que existe 'colaboración' entre ambas entidades, que se traduce en comunicaciones diarias. 'Estamos trabajando de forma coordinada con ellos', apuntó Castellano, quien destacó que el centro de referencia 'está verificando' el trabajo del departamento que dirige. Fuentes de Sanidad apuntaron que 'en los próximos días' técnicos del Instituto Carlos III se desplazarán a Valencia para seguir el estudio de los nuevos casos junto con el personal de la consejería.
Sanidad reabre de esta forma una línea de trabajo conjunta con la institución responsable de la vigilancia epidemiológica en España que quedó truncada después del primer brote de legionella, que afectó a Alcoy entre el 20 de septiembre de 1999 y el 27 de febrero de 2000. Entonces, técnicos del centro nacional se desplazaron a Alcoy para trabajar junto a los especialistas de Sanidad. De igual forma, el estudio epidemiológico de esta primera acometida de la bacteria se practicó de forma conjunta entre Sanidad y técnicos del Instituto de Salud Carlos III. Fue el único. El segundo estudio, correspondiente al brote que tuvo lugar entre el 9 de abril y el 13 de julio del año pasado fue realizado exclusivamente por técnicos de la consejería. Y el tercero -correspondiente al brote que se inició el 26 de septiembre de 2000 y se alargó hasta principios de año- aún está pendiente de ser presentado.
Ayer, el consejero se refirió a este documento y apuntó que en 10 o 15 días se ofrecerán las conclusiones de este penúltimo brote. Además, rechazó las quejas vertidas por la asociación de afectados, que acusó a la consejería de haber cerrado en falso la epidemia, que afectó a 140 personas en Alcoy y en la que hubo ocho muertes. Castellano apuntó que en la comisión de investigación de las Cortes -monocolor tras el abandono de socialistas y Esquerra Unida- 'se dieron todas las explicaciones'.
'Si los 180 casos de neumonía por legionella [registrados antes de el brote actual en Alcoy y su comarca] se hubiesen estudiado a fondo, no habríamos llegado a esta situación'. Para Carlos Álvarez-Dardet, catedrático de Salud Pública de la Universidad de Alicante y director del Journal of Epidemiology and Community Health hay que buscar en la mala gestión de la epidemia y en la falta de una investigación sistematizada para encontrar las razones de una sucesión de contagios que se mantiene abierta desde el mes de septiembre de 1999. Según Álvarez-Dardet tantos afectados son demasiados y ofrecen demasiada información como para no haber podido aprovecharla y extraer de ella datos que permitieran detectar la fuente del contagio. 'La clave está en los 180 contagios', insistió ayer.
El catedrático en Salud Pública criticó que 'sólo se hayan estudiado bien unos 20 casos', aquellos analizados en un 'excelente' estudio epidemiológico por los técnicos del Instituto Carlos III correspondientes al primero brote y que después 'se haya tirado por la calle de enmedio' tomando gran parte de las medidas 'a ojo de buen cubero'. La responsabilidad, sin embargo, no es achacable a los técnicos de la Consejería de Sanidad, donde hay trabajadores 'de primera fila', sino de la dirección de la lucha contra los anteriores brotes, que 'no dejó trabajar a los técnicos'. El resultado de la desorganización y la falta de un enfoque epidemiológico del problema ha hecho de la epidemia de Alcoy una situación 'única' alejada de los brotes que suceden en el resto de España e incluso de los países de nuestro entorno, debido a su prolongada extensión temporal, que dura ya unos 20 meses. 'No hay en la literatura científica', en boca del profesor de la universidad de Alicante, 'ningún ejemplo de una ciudad que haya sufrido tantos brotes de legionelosis como Alcoy'. Además, se lamentó de que tampoco exista información en publicaciones científicas sobre el caso de Alcoy más allá de la existente sobre el primer brote entre septiembre de 1999 y febrero de 2000.
Por ello 'ha llegado la hora de tomarse en serio el problema', apuntó, 'hay que encontrar la fuente de la epidemia y controlarla'. En Alcoy 'hay un problema de salud pública muy grave y la ciudad no se merece la preocupación y el estrés que provoca estar pendiente continuamente de que pueda volver a darse algún rebrote de legionelosis'. De esta forma, el especialista en salud pública dio la razón a los familiares de los afectados que el lunes manifestaron la opinión de que el problema sigue abierto. 'Los que nos dedicamos a esto sabemos que el brote se había cerrado en falso, ya que no se pudo identificar la fuente ', sentenció.
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