Demasiadas promesas y pocos medios para cumplirlas

El fin de las elecciones peruanas llega cargado de incertidumbre y desasosiego. Buena parte de la población considera poco probable que alguno de los dos candidatos logre solucionar los problemas que han aquejado a este país durante décadas. Pobreza, desempleo y, en los últimos 20 años, corrupción y violación a los derechos humanos, son los principales obstáculos a los que se enfrenta ahora el próximo presidente de Perú, teniendo en cuenta que más son las necesidades que los fondos para satisfacerlas.

Para solucionar el problema del desempleo, el candidato de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), Alan García, ha prometido un millón de puestos de trabajo para el primer año, mediante la creación de un Banco Agrario, así como un programa de empleo a través de las municipalidades. Por otro lado, la esperada descentralización del país se pondría en marcha a través de la construcción de carreteras, y con el aumento de los fondos destinados a las comunas en todo el territorio nacional. En cuanto a la educación y la salud, García promete la total gratuidad de las escuelas y la creación de universidades tecnológicas en provincias. Además, ofrece reducir en un 50% el coste de las medicinas.

Por su parte, el líder de Perú Posible, y favorito en las encuestas, Alejandro Toledo, propone un plan durante los primeros 100 días que incluye la reducción de impuestos, la lucha contra el contrabando, la renegociación de la deuda externa y también la creación de un Banco Agrario. Respecto de la centralización, Toledo se compromete a eliminar el Ministerio de la Presidencia y, al igual que García, asegura la interconexión vial del país. De otro modo, la duplicación de los presupuestos destinados a salud y educación sería una de sus primeras acciones, del mismo modo que la creación de universidades y el fomento a la industria farmacéutica nacional.