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Columna
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Carta

Félix de Azúa

Caro Michele:

¡Qué desastre! No sólo hemos perdido las elecciones, sino que ahora me entero de que estabais cobrando del fondo de reptiles. No me lo niegues, porque lo han puesto al descubierto Arzallutti, que de eso sabe un rato, y Anasagastini, cuyo peinado trata de ocultar la potencia de su cerebro con el fin de no ofender a los débiles de pensamiento. Si ese par de cráneos privilegiados lo afirman, ha de ser cierto, como todo cuanto dicen. De modo que (deduzco) la pasta se la quedaba Ferdinando para gastársela en caballos. ¡Podría buscarse una zoofilia más barata, sapristi! ¡La cabra de la Legionella, por ejemplo!

Y encima, mi situación en esta parte del país se hace insostenible. En la Catalania, todos los articulistas menos tres son de la Liga. Me hacen befa, me hacen mofa y me hacen pan y pipa. ¿Qué va a ser de mí? Me birláis la pasta de Maggiore Orecchie, se esfuma mi empleo de palanganero que con tanto ahínco había negociado el carabinero Amedolli, y, para colmo, las huestes del Cavaliere controlan todos los recursos públicos y tienen entrada gratis para el fútbol. Me dices que hable de moral y de principios, ¡pero si ya se ha descubierto el pastel! ¡Ahora ya saben que somos como ellos! ¡Pragmáticos!

Tenéis que darme una salida, un repliegue, una operación de estética facial, como la de Dioni. Por cierto, haz el favor de decirle a Orecchie que me gustaría sustituir al señor ese teñido de zanahoria que presenta el programa de cine popular en televisión. Con una buena cirugía que me deje como él, si acaso es ello posible, pasaré inadvertido y oiré cantar constante e ininterrumpidamente a Rozio Giudice, que es ya mi único consuelo.

Te lo advierto, Michele, no estoy para bromas. Primero, me devolvéis mi parte de los fondos, aunque tengáis que vender el jamelgo de Ferdinando; segundo, la operación en Brasil con Pitanguy, y tercero, un programa de TV, a poder ser de cine popular. También me conformaría con un empleo de aeromoza, según resulte la operación. Y si no me hacéis caso, me vendo a Berlusconi y destapo todo el asunto de... Perdona un momento, que llaman a la puerta.

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Sobre la firma

Félix de Azúa
Nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

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