Respuesta de Red Eléctrica

Deseo expresarle el malestar de Red Eléctrica por el artículo publicado el pasado domingo 13 de mayo, en el suplemento de Negocios de EL PAÍS, con el titular Amenaza de apagones en julio e invierno, por la alarma injustificada a que puede dar lugar, sobre todo cuando utilizan como apoyo un informe de Red Eléctrica sobre previsión de cobertura de la demanda.

Lamento que no se hayan dirigido a esta compañía (de acuerdo con lo que recomienda el manual de estilo de EL PAÍS), pues les habríamos facilitado información detallada suficiente para que ese artículo tuviese unas conclusiones muy distintas.

Como usted sabe, Red Eléctrica elabora previsiones de cobertura de la demanda en cumplimiento de los encargos que la Ley 54/1997 y su desarrollo reglamentario le hacen, y con una metodología y contenido regulados por norma publicada en el Boletín Oficial del Estado. La finalidad de dichos informes es facilitar el análisis de situaciones diversas, unas probables y otras muy improbables, análisis que es un instrumento para prever posibles actuaciones, en relación tanto con la operación como con el desarrollo del sistema eléctrico. Estos informes se vienen publicando con normalidad desde poco después de la entrada en vigor de la citada ley. Antes de entrar en su lenguaje técnico conviene, por lo tanto, entender su finalidad y su sentido.

El análisis de situaciones muy improbables (las llamadas 'situaciones extremas') es el mejor método para prever a corto plazo actuaciones que previsiblemente nunca habrá que llevar a cabo, y otras a medio plazo que sólo con tiempo y anticipación suficiente pueden realizarse. Así, los análisis contenidos en estos informes han permitido actuar, con meses, e incluso años, de anticipación, para instalar determinados circuitos de líneas de transporte, y de elementos de compensación de energía reactiva, que han contribuido de forma significativa a mejorar el funcionamiento de la red.

En ningún momento se ha advertido de que exista una probabilidad alta ni media de cortes de suministro ni de carencias de generación. Por el contrario, las previsiones para el año 2001 de la UCTE (la asociación de empresas europeas de transporte) indican que el sistema peninsular tiene unos índices de cobertura superiores a la media de los países de Europa continental. La afirmación de que 'ese margen (el 15%) es muy estrecho' y que suele operar con márgenes del 20% o más' sería muy interesante, si no fuera porque en muchos países avanzados no se alcanzan esos márgenes, y nadie considera que ello sea motivo de alarma ni de preocupación. Por dar un solo dato de cuáles son los márgenes reales del sistema español, puede citarse que la potencia de reserva disponible en la hora de máxima demanda del día de demanda máxima histórica habría sido suficiente, por ejemplo, para abastecer la demanda del sistema portugués en su totalidad, sin recurrir a medidas excepcionales.

Crear alarma con algo que no va a ocurrir es bastante fácil. Basta recordar el llamado 'efecto 2000'. Entonces, como ahora, Red Eléctrica y las demás empresas del sector eléctrico previeron todas las eventualidades, y en especial las que no ocurrieron, sencillamente porque las claves de la normalidad son la previsión y la anticipación responsables.

No hay motivo, pues, para alarmar con probables faltas de suministro, aparte de los incidentes que se puedan producir por causas fortuitas, como ocurre todos los días en cualquier sistema eléctrico del mundo.

Sobre estos extremos nos hemos manifestado públicamente con toda claridad los responsables de Red Eléctrica en frecuentes ocasiones, en los últimos meses, y a esas manifestaciones me remito.