Profesión peligrosa
Hoy se nos ha hecho de noche con vosotros. No sé por qué algunas noticias llegan a media tarde, cuando el sol te ciega y te hace pensar que todo lo que nos rodea tiene visos de hermosura. Pero la profesión más peligrosa del mundo nos ha hecho variar la sonrisa de tarde cuasiveraniega. Ha sido inevitable el humedecimiento de los ojos, el recuerdo de unas familias ilusionadas con el trabajo de sus hijos y aquellas cinco uve dobles que nos enseñaban al principio de la carrera y que se resumen en una ¿por qué? Con el corazón no sé si estrujado o lleno de rabia por semejante injusticia, voy a terminar de ver la tarde, pensando en vosotros. Hasta siempre, compañeros.
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