Los 30 magrebíes desalojados en El Ejido duermen en las calles
Los 30 inmigrantes que el pasado sábado fueron desalojados de un asentamiento chabolista en un paraje de El Ejido han pasado las dos últimas noches durmiendo a la intemperie. Sin alternativa de realojo, los inmigrantes se han visto obligado a vivir en la calle, en el mismo lugar donde tenían el precario cobijo que las máquinas enviadas por el Ayuntamiento derribaron tras entregar a los inmigrantes una orden judicial que les permitía realizar el desalojo.
Los representantes del sindicato Obreros del Campo (SOC) de Almería tienen previsto comenzar hoy a pedir explicaciones a las autoridades sobre el desalojo. 'Queremos que la Subdelegación del Gobierno en Almería explique públicamente por qué se ha permitido el derribo del asentamiento cuando había un compromiso de mediar con el Ayuntamiento de El Ejido para que no se produjera sin ofrecer una alternativa a esas 30 personas', explicó ayer José García, representante del SOC. Este sindicato tiene también previsto hacer llegar su queja por el desalojo al Defensor del Pueblo andaluz, al que explicarán la situación de desamparo en la que han quedado los inmigrantes.
El derribo del sábado es uno más de los que se están produciendo en los últimos meses en distintos parajes de El Ejido, siempre con el argumento de 'garantizar las condiciones higiénico-sanitarias' de los lugares donde se realizan las actuaciones de demolición de chabolas, aunque sin ofrecer alternativas de realojo. La última intervención de este tipo tuvo lugar hace poco más de dos meses sobre las chabolas de 60 magrebíes.
Y mientras se producen estos desalojos, los inmigrantes siguen llegando. La Guardia Civil detuvo en la madrugada de ayer a ocho personas en la playa de Almerimar, en el término municipal de El Ejido, tras desembarcar de una lancha neumática en la que viajaban otros 17 inmigrantes que lograron huir.
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