El Salón del Automóvil cierra la peor edición de los últimos años

Los esfuerzos de la Fira por paliar el desencanto general no han conseguido neutralizar las ausencias de algunos de los nombres más importantes del panorama mundial. En esta edición del Salón del Automóvil no se ha presentado ningún nuevo modelo internacional, sólo dos novedades menores: el modelo Cupra del Seat León y el restyling -rediseño- del Renault Clio. Por su parte, Fiat se ha limitado a anunciar que presentará el Stilo el próximo octubre. Para paliar este pobre bagaje, el comité organizador del salón resumió ayer que en la feria se han realizado otras 30 presentaciones. Pero se trata en realidad de coches que ya existen en otros mercados y que empezarán a comercializarse en España en los próximos meses.

El peso relativo de Barcelona frente a los grandes salones europeos -Francfort, Ginebra y París- tiende claramente a disminuir. La menor influencia de Barcelona contrasta con el auge de su competidor nacional, Ifema de Madrid, que va ganando la cuota que pierde proporcionalmente el salón de Montjuïc. Ifema empezó a celebrar su salón bienal en 1996 alternándolo con el de Barcelona, y el año pasado, en su tercera edición, registró cerca de un millón de visitantes, frente a los 880.000 contabilizados ayer al cierre de la 31ª edición de Barcelona.

Menos peso internacional

La falta de primicias mundiales, y de las motocicletas por primera vez en la historia, han acentuado la mediocridad de la convocatoria de Barcelona. Desde este mismo año, las motocicletas tienen su propio salón monográfico, Motoshow, que ya se celebró el pasado mes de febrero, con la asistencia de 160.000 personas. Durante los nueve días de exposición, se han celebrado numerosas jornadas técnicas centradas en aspectos relacionados con la automoción y la seguridad vial. La pérdida de peso internacional del salón ha afectado a los fabricantes nacionales, filiales de grandes cabeceras -General Motors, Ford, Peugeot, Renault, Volkswagen- que, arrastrados por la menor competencia, han acudido a la feria con una alarmante escasez de imaginación.

Enrique Lacalle, vicepresidente del comité ejecutivo y hombre fuerte del salón, nombrado el pasado mes de marzo cuando se produjo el anuncio de boicoteo por parte de los importadores, afirmó ayer, ante el estupor general de los medios profesionales del sector, que los objetivos del salón 'se han cumplido con creces'. Lacalle compaginó el despropósito con palabras de esperanza: 'Hemos edificado la base idónea para tener en 2003 el mejor Salón del Automóvil de la historia'.

Para recuperar el terreno perdido, la Fira promete organizar un simposio internacional con los principales dirigentes mundiales del sector, un Davos del motor, la versión automovilística de las reuniones que celebra el Foro Económico Mundial en Suiza.