Un motín militar desata el temor a un golpe en Georgia
El motín de unos 500 efectivos de un batallón de la guardia nacional, que ocuparon una base en Mujaravani, a 25 kilómetros de Tbilisi, suscitó ayer el temor a un golpe de Estado contra Edvard Shevardnadze, presidente de la ex república soviética de Georgia y ex ministro de Exteriores durante la perestroika. Al caer la noche, los rebeldes, que disponían de tanques, se hicieron fuertes, mientras hacían saber que protestaban contra las autoridades 'que llenan sus bolsillos a costa de la sangre del pueblo' e ignoran las necesidades del Ejército.
Los militares no son la excepción en un país que se ha empobrecido hasta la miseria desde la ruptura de la URSS, hace 10 años, donde el salario medio apenas supera las 7.000 pesetas mensuales y que fía su bienestar futuro a la geografía, que le convierte en vía natural para que el petróleo del mar Caspio llegue a Europa. Shevardnadze, que intenta relajar sus lazos con Rusia y acercarse a Occidente y la OTAN, da a entender que su poderoso vecino del norte intenta desestabilizar Georgia para que el país no salga de su esfera de influencia. Familiares de los amotinados aseguran que no se trata de un golpe, sino de llamar la atención sobre la precaria situación de los militares. Pero el ministro de Seguridad, Vaj-tang Kukateladze, calificó los hechos de ayer como 'intento de golpe de Estado'.
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