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Un rumor sobre regularizaciones lleva a 2.000 inmigrantes hasta Barcelona

Fernández-Miranda quiere castigar a quienes lanzan los 'bulos'

El delegado del Gobierno para la Extranjería, Enrique Fernández-Miranda, reiteró ayer que no habrá nuevos procesos de regularización, por lo que 'no hay ninguna razón para que estas personas hayan llegado a Barcelona'. Fernández-Miranda advirtió de que los culpables de propagar el 'bulo' pueden ser acusados de tráfico de seres humanos.

La mayoría de estos 2.000 inmigrantes llegados a Barcelona desde Francia e Italia presentan solicitudes de regularización intentando acogerse al acuerdo pactado entre la Delegación del Gobierno y los inmigrantes que se encerraron en varias iglesias de Barcelona. Tanto funcionarios de la delegación como UGT y CC OO comenzaron ayer una campaña de información para explicarles que es necesario haber estado en España antes del 23 de enero y haber participado en los encierros para poder solicitar la regularización.

Para evitar la aglomeración, la delegación ha autorizado a los funcionarios a denegar de forma inmediata los expedientes de estos inmigrantes. Fernández-Miranda se mostró confiado en que la delegación pueda resolver las solicitudes de los participantes en los encierro en el plazo fijado, que acaba el 5 de junio.

Según el responsable de migraciones del sindicato USOC, Ahmed El Griri, en declaraciones a Europa Press, algunos de los recién llegados hacen cola durante toda la noche para obtener uno de los 500 números que se reparten por la mañana. Algunos, una vez conseguido, lo venden e incluso lo subastan entre los inmigrantes que quieren tramitar su documentación. Los precios oscilan entre las 10.000 y las 15.000 pesetas, según un funcionario de la oficina, aunque se han dado casos de inmigrantes que han pagado hasta 40.000 pesetas por uno de los primeros números.

Por otro lado, en Ceuta un grupo de inmigrantes marroquíes, entre ellos algunos niños, provocó en la noche del jueves serios altercados en el Muelle de la Puntilla al apedrear a agentes de la Guardia Civil para evitar su detención, informa Rocío Abad.

Los incidentes comenzaron a las nueve de la mañana, cuando los guardamuelles vieron a unos ocho niños ocultos en las escolleras, donde duermen y guardan los botines de los robos que cometen en los almacenes próximos. Al ver a los funcionarios, los menores usaron todo lo que tenían a mano contra ellos, que pidieron auxilio a la Guardia Civil. Los agentes intentaron dispersar a los niños con botes de humo, deteniendo a uno de ellos.

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Horas antes, la Guardia Civil detuvo en una escollera cercana a la de la Puntilla a 16 inmigrantes marroquíes, entre ellos ocho menores, que presumiblemente esperaban la llegada de una embarcación para viajar a las costas gaditanas.

Además, la policía detuvo en la madrugada de ayer a 60 inmigrantes, 20 de ellos en Granada y el resto en Cádiz cuando intentaban llegar a la Península en patera.

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