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Rouch, el creador del 'cine verdad', recibe un homenaje en Granada

El director y etnógrafo francés Jean Rouch (París, 1917), creador del llamado cinéma verité (cine-verdad), manifestó ayer en Granada que le emociona recordar que nació 'casi con el cine'. '[Es un] arte por el que siempre he sentido atracción y desde muy pequeño me enseñó a diferenciar la realidad y la ficción', señaló el director de Moi, un noir, cuya labor es fundamental para comprender la posterior eclosión del cine africano.

Rouch, de origen catalán, estuvo por primera en Granada para asistir ayer al homenaje que el Centro de Investigaciones Etnológicas de la Diputación le ha organizado y que cerraba la II Muestra Internacional de Cine, Vídeo y Fotografía dedicada a Plurales identidades: Africa Negra.

El director de cine indicó que su madre le llevó a ver con cinco años el mítico documental de Robert Flaherty Nanuk, el esquimal (1920) y después Robin Hood. Rouch se puso 'a llorar cuando vio que en ambas moría gente'. Posteriormente, su padre le explicó 'que en la primera las muertes eran de verdad, mientras que en la segunda eran de ficción'. 'Así aprendí a diferenciar entre la realidad y lo que veíamos en películas de ficción, lo que fue muy importante en mi vida y mi trabajo', comentó.

El cineasta explicó emocionado que comenzó a hacer sus películas 'sobre rituales de posesión, muy intensas'. 'Pero yo no sabia lo que iba a pasar en el minuto siguiente que se grababa, ya que no había guión', puntualizó. Rouch destacó la importancia que tenía el conseguir un buen material que captara todo lo que él veía en los lugares en que rodaba, principalmente África.

En contra del vídeo

Rouch manifestó que la tecnología es importante; pero está 'en contra del vídeo'. 'Yo necesito tocar la cámara para filmar, ver a través del objetivo como un curioso, y lograr que me permita descubrir un mundo real y nuevo que pueda transmitir a los demás con la película, principalmente de 16 milímetros con la que he grabado', resaltó.

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Durante el homenaje se proyectaron tres películas de este etnógrafo: Yenendi du Ganghel; Le Dama d'Ambara; y Tourou et Biri. Rouch comenzó con la película Niger sobre rituales de posesión y con Metrofe sobre la inmigración de nigerianos a trabajar a Costa de Marfil. El director francés dijo que 'experimentó mucho con la cámara, tanto de forma técnica como de rodaje'. 'Quería trasmitir la realidad más pura, ya que siempre hay algo de ficción', arguyó.

Rouch se dio a conocer con sus cortometrajes de asunto etnográfico, como Initiation à la danse des possédés (1948) y Les maîtres fous (1955). Entre sus obras figuran Jaguar (1956), Moi, un noir (1958), La punition (1962), La chase du lion à l'arc (1965), Cocorico, M. Poulet (1974) y Liberté, égalité, fraternité... et puis après (1990).

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