Israel derriba una avioneta procedente de Beirut que había violado su espacio aéreo

Las piernas segadas del aviador aterrizaron en medio de una nube de polvo y humo en el despacho de la directora de la escuela, mientras que parte del fuselaje y las ruedas cayeron en la sala de reunión de los profesores. 'Ha sido un milagro. Hemos salvado la vida', aseguraba, presa del nerviosismo, Nitza Kramer, de 52 años, directora de la escuela College de Marina de Meboot Yam, situada al lado de la costa, a medio camino entre Haifa y Tel Aviv.

El aparato, una pequeña avioneta Cessna, había despegado irregularmente del aeropuerto de Beirut sin el consentimiento de las autoridades, y a pesar de que el aprendiz de piloto carecía de permiso de vuelo y había sido conminado días atrás a dejar las clases de aeronáutica debido a sus 'problemas psicológicos'.

El incidente añadió ayer un plus de nerviosismo en la frontera norte de Israel, en la que desde hace cerca de 48 horas las tropas se encuentran en situación de máxima alerta por temor a que la guerrilla islamista del Hezbolá desencadene una ofensiva, con la que celebrar el primer aniversario de la salida de las tropas israelíes del sur de Líbano. A pesar de que la tensión estuvo ayer en el norte, los israelíes permanecieron atentos a los acontecimientos de la franja de Gaza. El alto el fuego unilateral decretado hacía dos días por el primer ministro Ariel Sharon fue violado de nuevo de manera reiterada con la excusa de que las tropas y los asentamientos israelíes habían sido atacados por el fuego de los morteros de los radicales palestinos.

Las operaciones militares en el sur se zanjaron al menos con dos muertos: un joven sordomudo de 20 años, abatido por los disparos de un tanque en las cercanías de un campo de refugiados en Rafah, y un niño de 11 años.

Todo parece indicar que el alto el fuego unilateral de Sharon tiene los días contados. El primer ministro desveló ayer a sus colaboradores, en una reunión de Gobierno, que podría reactivar la ofensiva contra los palestinos, a no ser que Yasir Arafat aceptara dar orden de no disparar. El recrudecimiento de la Intifada y de la ofensiva israelí parece inminente. Lo único que no se sabe es si se respetará este fin de semana festivo en el que Israel se apresta a celebrar el Shavuot o Pentecostés -siete semanas después de la Pascua judía-, donde se conmemora, además, la entrega de las Tablas de la Ley a Moisés.