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'Ésta es una película sobre el dolor de un conflicto terrible'

A Elías Querejeta le molesta que se llame documental a Asesinato en febrero. Es algo más que una cuestión semántica y por eso el guionista y productor cuenta una vieja anécdota. 'En el año 1968 conocí en el Festival de Venecia a Jean Renoir. Renoir, que era el presidente del jurado, nos reunió a unos cuantos jóvenes que queríamos charlar con él. Uno de ellos le preguntó qué era para él una película y Renoir contestó: 'Una película es una sala oscura en la que de pronto se ilumina una pantalla y aparecen personajes, o quizá objetos, que se mueven'. Me gustó esa definición y desde entonces la hice mía'. 'Renoir', continúa Querejeta, 'acabó aquella reunión dándonos un consejo que tampoco he olvidado. Nos dijo: 'Jóvenes, huyan de la perfección. La perfección es la muerte'.

Asesinato en febrero se estrena hoy en 30 pantallas de cine. Narra, a través de las voces de sus familiares, el vacío que ha dejado en sus vidas el asesinato -'un día cualquiera en una pequeña y hermosa ciudad de provincias'- de dos hombres: el político socialista Fernado Buesa y su escolta, Jorge Díez. Los protagonistas de la película son, entre otros, una viuda, una madre que ya no tiene hijo, unos abuelos que también se han quedado sin nieto y unos hijos que se han quedado sin padre. '¿Que por qué quería hacer esta película? Entre otras cosas, porque soy vasco', responde Querejeta. 'Creí que había que expresar ese dolor, ese conflicto terrible'.

'Queríamos acercar la cámara a unas personas que han sufrido una tragedia', añade Querejeta. 'Y lo queríamos hacer evitando sentimentalismos, evitando pornografía sentimental. Tampoco queríamos hacer un reportaje, aunque hay reportajes con los que se alcanzan cotas de emoción indudables. Queríamos colocar una tragedia muy determinada lo más cerca del espectador y, al mismo tiempo, hacerlo sin el más mínimo atisbo de oportunismo'.

Asesinato en febrero habla de un asesinato político. Pero esa palabra, asesinato, apenas se nombra en la película. Sólo la madre de Jorge Díez habla directamente de odio y sólo sus abuelos dicen que su nieto ha muerto asesinado. 'Nosotros no hemos influido ni en lo que se dice ni en lo que no se dice', aclara Querejeta. 'Ellos querían reconstruir la imagen de alguien, y cada uno lo ha hecho a su manera. El espectador ya sabe que se trata de alguien perseguido y asesinado y puede sacar sus conclusiones'. 'No me gusta ese cine etiquetado como político, lo que se entiende tradicionalmente por película política', añade Querejeta. 'Creo que lo que hay que hacer es cine, y las consecuencias políticas ya se verán. Es el espectador quien debe decidir la repercusión política. En Cannes [donde el filme ha sido presentado en La Semana de la Crítica] se vio como una película más a la que, eso sí, le siguió una reflexión claramente política'.

Asesinato en febrero nació el mismo día de la muerte de Fernando Buesa. Ese mismo día, Querejeta empezó a escribir un esquema de guión que presentó a las familias. 'No tuvimos que convencerles, aunque les extrañó que a nadie le pudiera interesar lo que ellos pudiesen decir'.

Querejeta, junto al guión inicial de la película, entregó a cada familia una copia de El desencanto, la película que en 1975 Jaime Chávarri dirigió sobre la familia Panero. 'El desencanto era una forma de explicarles cómo tenían que colocarse frente a la cámara. Una película de esta índole tiene un procedimiento distinto al de una normal y ellos debían conocerlo. Desde El desencanto hasta aquí, el esquema de funcionamiento es el mismo. Primero se escribe un desarrollo dramático, porque se habla de una realidad que uno conoce, pero a la que uno se somete de alguna manera. Luego, la realidad del rodaje y de lo que dicen los personajes, que no son actores, cambian ese guión a través del montaje, fundamental en este tipo de cine'.

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