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Reportaje:

La amarga ruptura de Ford y Firestone

La crisis de los neumáticos con defectos acaba con una relación familiar y empresarial de casi 100 años

Enric González

La relación entre Ford y Firestone, forjada durante 95 años de amistad, vínculos familiares y cooperación empresarial, se rompió ayer de la forma más agria, entre recriminaciones y amenazas. Firestone prometió que nunca más suministraría un neumático a Ford. El fabricante de automóviles, cuyo presidente, William Clay Ford, es bisnieto de Henry Ford y de Harvey Firestone, anunció a su vez que sustituiría gratuitamente todos los neumáticos de su antiguo proveedor que circulan en sus vehículos. La operación de reemplazo afectará a 10 millones de unidades, y será la mayor de todos los tiempos.

Henry Ford y Harvey Firestone eran grandes amigos. Cuando Ford diseñó su popular modelo T, Firestone, inventor del neumático, le proporcionó las cubiertas. Los vehículos Ford siempre calzaron Firestone; la relación se convirtió en familiar cuando el nieto de Ford se casó con la nieta de Firestone, y pareció hacerse indestructible cuando el hijo de Ford y Firestone alcanzó la presidencia de la firma automovilística.

Pero las cosas se torcieron el pasado verano, al descubrirse que uno de los modelos estelares de Ford, el Explorer, el todoterreno de uso familiar más vendido en el mundo, volcaba con una frecuencia inquietante. Los directivos de Ford dijeron que la culpa era de los neumáticos, y Firestone reconoció que, en efecto, existían fallos de fabricación. Mientras Ford empezaba a sustituir 6,5 millones de neumáticos ya en circulación, el Congreso creó una comisión investigadora que estudió más de 6.000 accidentes, hasta llegar a la conclusión provisional de que al menos 174 muertes en carretera habían sido causadas por los defectos de las cubiertas de Firestone.

El director ejecutivo de Ford, Jacques Nasser, no ahorró ataques a sus suministradores durante sus comparecencias parlamentarias. Firestone asumió su responsabilidad, sustituyó a su presidente, encajó el deterioro de su imagen y prometió que en adelante sus productos tendrían la máxima fiabilidad.

Los Explorer, sin embargo, siguieron volcando más que otros todoterrenos pese a calzar nuevas cubiertas. Y Firestone llegó a la conclusion, hace unas semanas, de que el vehículo era corresponsable de los accidentes. Ford se enteró, y optó por defenderse con un ataque: empezó a preparar la ruptura total con Firestone, lo que implicaba sustituir hasta 13 millones de neumáticos ya en circulación, con un coste aproximado de 650 millones de dólares, más de 115.000 millones de pesetas. Esa noticia saltó a las páginas de The New York Times y Firestone decidió anticiparse. El lunes, John Lampe, director ejecutivo de Firestone-Bridgestone en Estados Unidos, envió la carta final a Jacques Nasser, el director ejecutivo de Ford.

'Las relaciones comerciales, como las personales, se basan en la confianza y el respeto mutuos. Hemos llegado a la conclusión de que no podemos seguir suministrando neumáticos a Ford, porque las bases de nuestra relación se han visto seriamente erosionadas. Ésta no es una decisión fácil tras casi 100 años de historia', decía Lampe en la carta. 'Nuestros análisis sugieren que hay significativos problemas de seguridad en un segmento sustancial de los Ford Explorer'. 'Creemos', seguía Lampe, 'que ustedes intentan evitar que se investigue su vehículo proyectando dudas sobre la calidad de los neumáticos Firestone. Los neumáticos son seguros; cuando hemos tenido un problema, lo hemos reconocido y solucionado. Esperamos que ustedes hagan lo mismo'.

El presidente de Ford y bisnieto de los dos patriarcas, William Clay Ford, declaró que su 'fidelidad' estaba con la empresa automovilística, al margen de sus afectos familiares. El presidente de Firestone-Bridgestone, Shigeo Watanabe, dijo en Tokio que la ruptura con Ford no empeoraría de forma notable los resultados de la compañía, que ha visto ya cómo las ventas bajo la marca Firestone caían a la mitad desde el verano pasado. 'El grueso de nuestro negocio lo hacemos con automovilistas particulares, no con fabricantes', explicó Watanabe.

Harvey Firestone (izquierda) con Henry Ford, en el jardín de su casa en 1936.
Harvey Firestone (izquierda) con Henry Ford, en el jardín de su casa en 1936.ASSOCIATED PRESS

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