Tad Szulc, periodista de 'The New York Times'
Tad Szulc fue una figura mítica para generaciones de periodistas. Era políglota, mundano, buen gastrónomo, fumador compulsivo y excelente escritor; saltaba de un país a otro como enviado de un periódico igualmente mítico, The New York Times, y componía una figura romántica desplazada hoy por la tecnología y la inmediatez superficial.
Poseía las virtudes esenciales de un periodista: curiosidad, perseverancia y capacidad de comprensión. Las tres fueron necesarias cuando, por casualidad, topó con la exclusiva más importante de su carrera: estaba en Miami de vacaciones, en 1961, y supo que entre los exiliados cubanos circulaban rumores sobre una próxima invasión de la isla. Siguió la pista, descubrió que la CIA estaba detrás del plan y el 7 de abril de ese año publicó la noticia en primera página del Times. La dirección del periódico, sin embargo, había suprimido del texto tanto la implicación de la CIA como la inminencia de la invasión, que se produjo 10 días después. Fue el fiasco de Bahía Cochinos. El presidente John Kennedy, que se había enfurecido cuando Szulc reveló sus planes, le comentó luego al director de The New York Times que si hubieran publicado más datos habrían evitado que cometiera ese 'error monumental'. La CIA, como era de esperar, le abrió una ficha en la que se calificaba a Szulc de 'sospechoso de actuar como agente extranjero hostil'.
El periodista, que había nacido el 25 de julio de 1926 en Varsovia (Polonia), había estudiado en Suiza y había emigrado a Brasil en 1941, siguió viajando y cubriendo grandes acontecimientos. Si en los cincuenta había informado sobre el golpe de Estado peronista en Argentina (1955) y la caída del dictador venezolano Pérez Jiménez (1959), en los sesenta siguió desde Praga la invasión soviética de Checoslovaquia (1968).
Trabajó para The New York Times entre 1953 y 1972; durante esas dos décadas publicó, además de innumerables reportajes, diez libros. Luego escribió gran número de artículos, muchos de ellos publicados en EL PAÍS, y otros diez libros, entre ellos una durísima exposición de los manejos de Henry Kissinger durante su época como jefe de la diplomacia estadounidense, una biografía crítica de Fidel Castro y una biografía de Juan Pablo II. Murió el lunes en su casa de Washington, víctima de un cáncer, a los 74 años.-
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